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Hombres Jóvenes de Derecha, ¿qué hay atrás de esta tendencia?
En el mundo occidental hay una dinámica bastante alarmante y grave en lo que está pasando con la juventud y, en particular, con los hombres. La semana pasada el Financial Times publicó una encuesta en la que muestra cómo los hombres de la Generación Z han ido migrando su posición política a la derecha, y se han convertido en un grupo, en su mayoría, conservador.
La encuesta mide la posición ideológica de hombres y mujeres de los 18 a los 29 años, y cómo ha evolucionado en los últimos 15 años. El cambio es significativo. Para quienes creemos que las soluciones de nuestros problemas económicos, políticos y sociales están en el centro-izquierda (social demócrata) del espectro ideológico, el cambio es aún más preocupante.
En Estados Unidos, Alemania y Reino Unido, Corea del Sur, entre otras naciones, la brecha entre mujeres y hombres que se identifican como liberales es de entre 20 y 35%: las mujeres son cada vez más liberales y los hombres cada vez más conservadores. Más interesante aún es que, según la encuesta del FT, esta diferencia de género e ideológica no se observa en otros grupos de edades, donde las discrepancias se presentan sobre todo por nivel socioeconómico o grado de educación.
Si bien lo anterior se ha manifestado con un voto de jóvenes hombres apoyando candidaturas de derecha e incluso extrema derecha en Estados Unidos y Europa, también lo hemos visto en América Latina con las votaciones en Argentina con Milei y El Salvador con Bukele.
En una opinión bastante simplista del periodista del FT, una de las causas de este giro a la derecha tiene que ver con el quiebre en la mentalidad de los jóvenes a raíz del movimiento #Metoo, que comenzó hace unos siete años. En la lógica del FT, ante la imposibilidad de acosar o abusar a una mujer impunemente, el malestar se ha manifestado en una mentalidad cada día más conservadora.
Sin embargo, como el propio estudio del FT muestra, esta tendencia comenzó antes de #Metoo, y en mi opinión tiene que ver sobre todo con una dinámica más profunda y estructural en el contexto social del mundo contemporáneo. Según los datos de la investigación de Richard Reeves en su libro más reciente, Of Boys and Men, se ha creado una distancia académica muy amplia entre ambos géneros. Reeves ilustra las diferencias cada vez más agudas y amplias en el desempeño escolar, de educación media superior y superior, entre mujeres y hombres. En los últimos 15 años cada vez hay más mujeres que hombres ingresando y egresando de preparatoria y universidades. Lo anterior, sin embargo, aún no ocurre en México.
El Censo de Población y Vivienda nos permite ver otras asignaturas urgentes: de los mayores de 15 años que ni siquiera concluyeron la educación primaria (12.5 millones, un alarmante 13% del total), el 46% (5.7 millones) son hombres, mientras que el ¡54%! (6.8 millones) son mujeres. Del otro lado del espectro (educación de posgrado), las noticias tampoco son buenas: sólo el 2% de tiene estudios de posgrado, pero son aún más malas para las mexicanas: sólo representan el 43% de personas con doctorado.
Parecería, entonces, que hay una tendencia global que hay que observar y medir en nuestro país, para que estas diferencias no se traduzcan en intolerancia o rechazo de algunos jóvenes en nuestra sociedad que, siempre, debe anhelar ser más y no menos justa.
En segundo término, ante el escenario de un siguiente gobierno de Morena, la próxima presidenta de México representa una gran oportunidad para mostrarle a la Generación Z que un buen gobierno de izquierda es capaz de atender sus principales preocupaciones, y que lejos de virar a la derecha, el país requiere de una visión de bienestar y equidad social para potenciar el desarrollo económico en beneficio de todas y todos.