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INE: De la revocación a la persecución
La novela de la revocación-ratificación de mandato Andrés Manuel López Obrador cada vez se pone más dramática, digna de una novela del condonado Epigmenio Ibarra.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación con la celeridad que ameritaba el asunto en voz de las ministras Margarita Ríos Farjat y Jazmín Esquivel dieron marcha atrás a la decisión del Instituto Nacional Electoral de aplazar la revocación de mandato.
Terminaron de tajo con los intentos golpistas de los consejeros Córdoba y Murayama que se la querían llevar de pechito.
Lo cierto es que el INE tiene la obligación de realizar las consultas y elecciones, también es cierto que la 4T le ha pateado duro el pesebre y que se metió con la sagrada nomina, por lo que la revocación de mandato es la ocasión propicia para des encarrilar el proyecto lópez-obradorista o por lo menos hacerlos refunfuñar.
AMLO fiel a su tozudo estilo y al privilegio de la política electorera sobre los temas de gobierno –donde por cierto nomás no avanzan sus magnificentes obras, bueno ni cajeros hay para el banco de Bienestar—se metió en la bronca de la revocación de mandato, donde el premio mayor es que le digan lo que ya sabe que puede terminar su mandato.
El presidente cree que la ratificación hará la diferencia en su gobierno, quizá no tengas más para presumir en su gestión.
La inflación con ciclos de control-descontrol que dios guarde la hora en la que se desboque, la reactivación económica y la transición al mundo COVID hacen parecer su bien amada ratificación un asunto muy menor.
Para complicar la novela el Mario Delgado máximo líder del partido oficial amago con llevar a juicio político a los consejeros golpistas del INE. Quiero ver ese procedimiento legislativo, donde le quiten la poca credibilidad que va a tener la famosa ratificación y le den una salida digna a la dupla diabólica Córdoba-Murayama.
Querido lector, la revocación de mandato es un laberinto sin salida para AMLO que lo dejará a merced de sus adversarios sin ningún beneficio para los ciudadanos.
¿Será que alguien, más allá de su ayudantía, gane algo con que AMLO sea ratificado en el puesto que para el fue contratado por seis años y que por cierto es irrenunciable? Hasta la próxima y cuídese de la Ómicron.