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Ingeniero Güemez y su filigrana monetaria
Hace 10 años, tenía bajo mi responsabilidad la difusión de información del Banco de México, su política monetaria y la de otros institutos centrales.
Una tarea difícil para alguien que llevaba tres años de haber iniciado en el ejercicio de reportera de finanzas.
Me tocó informar del nacimiento del corto , ese mensaje sorpresivo que emitía la Junta de Gobierno a los jugadores del mercado para aumentarles el castigo por sobregirarse en sus cuentas diarias con el banco central.
Era una forma indirecta de apretar la política monetaria e incidir en las tasas de interés que fijaba el mercado.
Y dada mi dificultad para entender ese instrumento de política monetaria, toqué una puerta en el Banco de México, que he de reconocer, no creí que se abriría: la del Subgobernador Guillermo Güemez García.
El Banquero Central, me describió el instrumento como una filigrana de la política monetaria y con una claridad absoluta me explicó cómo era que ejercía presión en las decisiones de los bancos y porqué repercutía en las posiciones del mercado.
Gracias a él, entendí cómo es que las expectativas del mercado presionan al alza los precios; el impacto de la recesión del 2001 de Estados Unidos en México; el efecto dominó que generó la caída del banco de inversión Lehman Brothers en los mercados; me explicó como era que las inyecciones históricas y simultáneas de liquidez de los bancos centrales estaban lubricando a un mercado afectado por el estrés.
Siempre que tenía una duda, y que el estaba en la ciudad, disponible, me respondía. Siendo o no reportera de la fuente del Banco de México, él estaba ahí.
Cuando regresé a reportear tras un par de años de retiro voluntario, él en plena conferencia de prensa me dio la bienvenida y me dijo que yo era como los toreros, que anunciaban su retiro y siempre regresaban.
Hoy, estamos a escasos 10 días de que termine el ciclo del Ingeniero Güemez como Subgobernador del Banco de México. Una gran pérdida si me permiten decirlo. Se va un gran Banquero Central, y yo, desde esta trinchera periodística, deseo que él, como los toreros, regrese pronto al ruedo. Gracias, ingeniero Güemez. Mil Gracias.