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Opinión

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Inteligencia Artificial en el mercado laboral mexicano: ¿Transformación o desplazamiento?

Hay poca evidencia de una disminución de la demanda laboral debido a la Inteligencia Artificial (IA), al menos hasta ahora. Las ocupaciones altamente calificadas han sido las más expuestas al progreso reciente de esta tecnología, pero también han experimentado aumentos de empleo. Sin embargo, la adopción de la IA todavía es relativamente baja y la tecnología está evolucionando rápidamente, incluidos los avances recientes en IA generativa (el ChatGPT y sus derivaciones). Cualquier efecto negativo sobre el empleo puede tardar en materializarse.

La IA parece complementar las habilidades de trabajadores en ocupaciones más expuestas y altamente calificadas. Al considerar todas las tecnologías de automatización, las ocupaciones con mayor riesgo de automatización suelen ser las menos calificadas e implican una carga de trabajadores más jóvenes. Con datos de la OCDE, sabemos que en promedio, el 27% del empleo en los países miembro se encuentra en ocupaciones con mayor riesgo de automatización. En contraste, es probable que los trabajadores altamente calificados se beneficien más de la IA, y los resultados para los trabajadores tienden a ser mejores cuando han recibido capacitación para trabajar con esta tecnología. Según un estudio de académicos de la Universidad de Pensilvania, publicado este año, alrededor del 19% de los trabajos en los EE.UU. tendrá, al menos, el 50% de sus tareas laborales afectadas por la introducción de Large Language Models (LLM), un tipo de IA que puede generar texto, traducir idiomas, escribir diferentes tipos de contenido creativo y responder a preguntas de manera informativa.

Según la encuesta PIAAC, desarrollada por la OCDE, el porcentaje de adultos en México que adquiriría el nivel más alto de competencia en la resolución de problemas en entornos ricos en tecnología fue solo del 1.5 % en 2019, en comparación con el promedio de la OCDE del 5.1%. Para adaptarse al mercado laboral en evolución, México debe priorizar las inversiones en educación y capacitación. Lo anterior cobra tintes de urgencia si revisamos los artículos de la OCDE que analizan el impacto de la IA en el mundo y en nuestro país.

¿Por qué la IA parece que no ha tenido efectos relevantes sobre el empleo? Esto puede explicarse por la ausencia de datos confiables y porque el aumento de la productividad que supone no se refleja en el corto plazo al darse principalmente en empresas grandes e intensivas en capital, cuyos resultados se manifiestan en el mediano y largo plazo. Sin embargo, el surgimiento de instrumentos, como el ChatGPT, el más famoso LLM, han iniciado un debate sobre cuál será el efecto de la aplicación de la IA en el entorno laboral.

Las estadísticas de las que disponemos nos dicen, por el momento, que la IA aplicada al mercado laboral supone una auténtica revolución, comenzando por las diferentes competencias y cualidades que se requerirán en este nuevo entorno. Los estudiosos señalan que exigirá mayor manejo de habilidades digitales y resolución de problemas, además de influir de manera transversal en las actividades empresariales. Pero, como ya mencionamos, de momento, no se cuenta con información sobre pérdidas sustantivas en las cifras de empleo por la introducción de la IA. Lo que es un hecho, no obstante, es que su incorporación a los procesos irá modificando de manera radical el entorno laboral. Parecería que nos llevarán a un mundo sin trabajo, como reza el prestigiado libro de Jeremy Rifkin ‘El fin del trabajo’. Sin embargo, más bien exige mayores énfasis en las preparaciones laborales que requieren los nuevos trabajadores, y valora, con aumentos salariales a quienes gozan de tales competencias de un 4% aproximadamente, o fomentan la instauración para éstos de bonos de productividad adicionales.

En México, el 31% de las empresas indican que ya han implementado activamente la IA, de acuerdo con el estudio Global AI Adoption Index 2022. Asimismo, aproximadamente el 43% de los profesionales de tecnologías de la información (TI) en el país indica que sus organizaciones están capacitándose y re-entrenando a sus empleados para que trabajen juntos con nuevas herramientas/software de automatización e IA, mientras que un 35% dice que sus empleados están contentos de trabajar en ello, y el 34% menciona que sus empleados ya están ahorrando tiempo. Además, casi una de cada cuatro empresas en Latinoamérica ve mejoras en la mitigación de la escasez de mano de obra. Entonces, parece que esa idea apocalíptica de la IA aplicada al mundo laboral palidece frente a los datos sobre mayor satisfacción laboral. De momento, han creado más que destruir empleos, y la exigencia de capacitación será incremental. Esto requiere un esfuerzo en incorporar capacitación en la etapa temprana, en la educación terciaria y sobre todo, en enfoques para el trabajo por parte de las empresas.

Ahora bien, como toda nueva revolución, no todo es miel sobre hojuelas. La inteligencia artificial aplicada a las empresas puede implicar pérdidas en la seguridad en el trabajo, acarrear una menor equidad laboral, implicar posibles violaciones a los derechos de protección de datos personales y nuevas formas de discriminación. Por esta razón, es importante que los gobiernos desarrollen políticas públicas para regular la IA y mitigar sus riesgos. Contra estos efectos contraproducentes deben trabajar, de manera acompañada, el gobierno, las empresas, los sindicatos, los centros de pensamiento, organizaciones de la sociedad civil y la academia, a través del refuerzo del diálogo social. Reino Unido, Canadá y la Unión Europea constituyen ejemplos de los primeros intentos de regulación del fenómeno. Los países trabajan en la implantación de estándares de soft law -normas no vinculantes como declaraciones políticas, principios, directrices, códigos de conducta y otros instrumentos-, reformas laborales indicativas y resoluciones jurisprudenciales para afrontar el tema. 

En México, hay algunos esfuerzos en este sentido, pero son francamente insuficientes. Donde se observa más actividad es en el Senado de la República donde bajo el liderazgo de la senadora, Alejandra Lagunes esta misma semana Senadores, académicos, especialistas y representantes de la Alianza Nacional de Inteligencia Artificial, conversaron y discutieron, desde diferentes perspectivas, los ángulos que se deben tomar en cuenta en el desarrollo de la IA, para crear una regulación en la materia. Por su parte, el diputado Ignacio Loyola y legisladores panistas, han impulsado la única iniciativa en esta materia. En este sentido, la senadora Lagunes ha presentado puntode acuerdo para dar seguimiento a la Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial, presentada en el 2018, todavía en el sexenio de Enrique Peña Nieto. Asimismo, destaca la existencia de la Alianza por la Inteligencia Artificial, formada por empresas, universidades, organizaciones civiles y toda persona interesada en formar parte de la construcción de iniciativas y políticas para promover el desarrollo y uso ético de la IA en México. Pero por otro lado, y desafortunadamente, la ausencia en este tema del Poder Ejecutivo Federal es preocupante. Lo deseable sería que desde ese Poder, se establecieran políticas públicas que impulsaran seriamente el avance de la IA en los ámbitos de la educación, la ciencia y tecnología, y en las políticas laborales y de emprendimiento. El gobierno mexicano podría establecer programas de capacitación para que los trabajadores desarrollaren las habilidades necesarias para trabajar en el sector de la IA; podría invertir en investigación y desarrollo de IA, para que México pueda mantenerse a la vanguardia de esta tecnología; y debería asegurarse de que la IA se use de manera ética y responsable, trabajando con la industria y la sociedad civil en el diseño e implementación de normas que garanticen que los sistemas de IA no pongan en peligro los derechos humanos. También podría establecer mecanismos para que las personas puedan impugnar las decisiones tomadas por sistemas de IA que se irán implementando en fiscalías y en los sistemas de procuración de justicia.

El desarrollo de la IA es un tema complejo que requiere un enfoque multidisciplinario y multisectorial. Lo que está claro es que la IA llegó para quedarse, y si bien muchas de las ideas están por convertirse en realidad, como señala la OCDE, “el futuro, hay que crearlo”, no esperemos a que surjan los problemas para empezar a pensar en cómo resolverlos.

* La autora es directora de Inteligencia Más y maestra en Gobierno y Políticas Públicas en la Universidad Panamericana.

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