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Intervención presidencial en el banco central
¡Cómo se atreve el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, a pretender intervenir en las decisiones de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed)! Eso es algo que ni siquiera hace López Obrador, dicen algunos escandalizados analistas.
Bueno, lo primero que tendría que hacer el Presidente mexicano para buscar entrometerse en la política monetaria del Banco de México sería entenderle, pero su nivel de atención está más en desacreditar a la diputada española del Partido Popular, Cayetana Álvarez de Toledo, que en los temas de Estado.
Quizá lo único que le habrán dicho a López Obrador es que, si bien las tasas altas entorpecen el crecimiento económico, al mismo tiempo el dinero caro ayuda a la apreciación del peso frente al dólar y seguro que eso, en términos electorales, le gusta más.
Es verdad que, ante el descomunal tamaño de la economía informal en México, el nivel de la influencia de la tasa interbancaria es bajo para procurar un freno o empuje de la actividad económica. Pero también es cierto que son menos las personas que usan dólares en su vida cotidiana, pero la paridad cambiaria es uno de los fetiches de López Obrador.
Pero en Estados Unidos, donde sí hay una relación directa del nivel de la tasa de interés y el consumo, es evidente que el Presidente demócrata en proceso de reelección quisiera ver créditos más baratos que impulsen la actividad económica de aquí a noviembre que los ciudadanos van a las urnas.
Biden hace lo mismo que en su momento hizo Donald Trump, meter las narices en las decisiones del autónomo banco central estadounidense en un afán de incidir en una decisión que les deja réditos políticos.
Sí podrían pesar las palabras presidenciales, sobre todo en un momento como éste en que ya habría algunas razones para pensar en un primer guiño de relajamiento a la tasa interbancaria a un día y su actual nivel de 5.5 por ciento.
La realidad es que, a poco más de una semana de que se reúna el Comité de Mercado Abierto de la Fed, 98% de los participantes del mercado creen en las palabras del titular del banco central, Jerome Powell, de que no se van a mover todavía las tasas de interés.
El mismo Biden, cuando le hace manita de puerco a la Fed con aquello de que pueden apostar a que el pequeño equipo que fija las tasas de interés las va a bajar, seguro que está pensando en las reuniones posteriores.
El mismo éxito económico estadounidense, con buenas cifras de empleo y aceptables niveles de consumo, hacen que la Fed se tome con más calma una baja en las tasas, porque, en su doble papel, la balanza sigue cargada hacia los altos niveles de inflación, con una economía que se mueve a buen ritmo.
Pero para las aspiraciones de un político, cuenta más el ánimo de los estadounidenses que puedan comprar más, porque esos electores ya descontaron en su catálogo de enojos la alta inflación. Así que, si algo quiere ver el resto del año Joe Biden es a consumidores haciendo lo suyo con bajas tasas de interés.
A poco más de una semana de que se reúna el Comité de Mercado Abierto de la Fed, 98% de los participantes del mercado creen en las palabras del titular del banco central, Jerome Powell, de que no se van a mover todavía las tasas de interés.