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Inyección de biopolímeros con fines estéticos, que deberían prohibirse, ponen en peligro la salud y la vida
El incremento de procedimientos quirúrgicos mínimamente invasivos en los que se inyectan sustancias modelantes parece tener una segunda oleada en México. Y ha derivado en una enorme demanda de pacientes pidiendo ayuda a médicos para que les retiren dichas sustancias dadas las severas repercusiones que les terminan reduciendo su calidad de vida.
Conforme han detectado los médicos que están recibiendo a las personas afectadas, hay 2 tipos de pacientes que están pidiendo atención: los que se inyectaron hace 10-15 años, como fue el caso de la cantante Alejandra Guzman, y por otro lado las nuevas generaciones que lo han hecho en los últimos 2 ó 3 años; en ambas épocas ellas siguen buscando lo mismo. Ahora se promueven para aumentar el glúteo las famosas peptonas, vitamina C y el famoso ácido hialurónico corporal que en los hechos no es ácido hialurónico sino que también es un biopolímero pero son engañadas por la publicidad.
Les aseguran que ahora son otras sustancias y que el cuerpo las absorbe, y se lo creen, pero en realidad les inyectan las mismas sustancias de antes solo con que otro nombre.
A pesar de que el caso de Alejandra Guzmán fue muy conocido desde hace 10 años, las personas siguen recurriendo a la aplicación de sustancias con objetivos estéticos.
Los pacientes encuentran información atractiva en las redes sociales sobre la aplicación de vitamina C, supuesto ácido hialurónico corporal o peptonas, entre otras sustancias que en otros países están prohibidas.
México es referente internacional para realizarse intervenciones estéticas, plásticas y reconstructivas, pero también uno de los países con mayor número de aplicaciones de sustancias conocidas como no absorbibles o modelantes que son químicos lícitos, y que deberían estar prohibidos para ser aplicados en el cuerpo.
Personas que hace años se inyectaron dichas sustancias en spas, consultorios o gimnasios con la promesa de aumentar el músculo, ahora llegan al consultorio porque se comenzaron a deformar y buscaron opinión médica, algunos han necesitado un traslado del consultorio a terapia intensiva porque la sustancia se les fue por una vena o al corazón. Son crónicas de muertes anunciadas.
Cofepris ya empezó a actuar y emitió comunicado
La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), ya detectó el problema por lo que emitió un comunicado de riesgo el pasado 30 de agosto, donde menciona las sustancias riesgosas que se están aplicando; desde silicona, colágeno bovino, peptonas o sustancias como vitamina C, aceites de origen común, parafinas y vaselinas. El comunicado dice que al aplicarse estas sustancias el paciente puede desarrollar infecciones serias como una micobacteria, enfermedades inmunológicas, granulomas, abscesos e incluso la muerte.
Estás pueden causar necrosis de tejido, sepsis, infecciones bacterianas y daño en órganos vitales, desfiguración permanente y en algunos casos graves hasta la muerte.
La autoridad sanitaria subrayó que cuando se haga una ley para la prohibición de estas sustancias, se estará dando un paso adelante, por el momento no hay un registro del número de pacientes afectados por la aplicación de dichas sustancias.
“No estamos lejos de lograr la prohibición, Colombia ya lo logró y es muestra de que sí se puede”, indicó la doctora Denisse Hernández Cervantes, médico certificada ante el Consejo Mexicano de Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva (CMCPR), perteneciente a la Asociación Mexicana de Cirugía Plástica.
La cirujana plástica y reconstructiva, que es referente en hacer cirugía para retiro de biopolímeros dañinos para el organismo comenta que en su clínica ha llegado a recibir para valoración entre 50 y 60 pacientes al mes afectados por dichas sustancias en glúteos, senos, pantorrillas y labios.
Comenta que donde las mujeres deciden aplicarse estas sustancias con mayor frecuencia es en los glúteos, seguido de los labios y los pómulos, a fin de lograr la famosa “armonización facial” que está en boga, pero para retirar los polímeros se debe hacer una cirugía abierta, ya que estos se filtran con la grasa y con el músculo. Son operaciones complicadas que llegan a tardar entre cinco y seis horas.
Siempre verificar que el médico esté certificado
Si la paciente llega en etapas tempranas necesitará sólo una o dos cirugías, una para extraer el polímero y otra para reconstruir, pero en etapas avanzadas puede requerir un mayor número de intervenciones quirúrgicas. Entre las consecuencias que sufren las pacientes y por lo que forzosamente les tienen que retirar las sustancias está que presentan piel manchada o con coloración, afectación interna avanzada, e incluso llega a suceder que la paciente pierde la movilidad de sus extremidades, dolor en las articulaciones o desarrollar una enfermedad que se llama Síndrome de Asia; también llevan a detonar enfermedades inmunológicas como Artritis Reumatoide, Lupus Eritematoso que obligan a tener que medicarse toda la vida.
Actualmente, de los 2,500 cirujanos plásticos registrados en México, existen muy pocos especialistas que pueden retirar biopolímeros, a pesar de la enorme demanda que sigue creciendo.
La especialista subrayó la necesidad de educar a las personas que quieran realizarse algún procedimiento estético, para antes de ello siempre verificar si el cirujano está certificado; para ello se puede recurrir al directorio de la Conacem https://conacem.org.
La doctora Hernández Cervantes apunta que uno de los objetivos es generar conciencia y mayor responsabilidad entre los médicos, cirujanos plasticos y los ajenos a la especialidad que también incurren en dichas prácticas mencionadas, sobre la importancia de manejarse con ética
