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Opinión

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KISS y la gira eterna: hologramas, franquicias y el futuro del rock

Foto: Cortesía

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El 2 de diciembre KISS puso fin a una era en su carrera. El End of the Road Tour llegó a su fin en la ciudad de Nueva York, tras una gira que duró como dos décadas. El último concierto en el Madison Square Garden no tuvo apariciones especiales de Peter Criss y Ace Frehley, pero sí dio indicios del futuro de KISS. Al concluir el concierto, KISS presentó lo que será su nueva encarnación: una banda de avatares. 

La elección de Nueva York es simbólica, pues fue la ciudad que los vio nacer. El 10 de enero de 1973, KISS —sin maquillaje— se presentó por primera vez en el Popcorn Club, en Queens, Nueva York, ante un público de 10 personas, y ahí comenzó una carrera que ha durado cinco décadas. 

Lo que se presentará serán las versiones virtuales de The Starchild, The Demon, The Spaceman y The Cat, tomadas a partir de las semejanzas de sus contrapartes humanas: Paul Stanley, Gene Simmons, Tommy Thayer y Eric Singer. Por mucho tiempo se ha especulado sobre el futuro de KISS y una de las teorías de los fanáticos era que la banda presentaría nuevos músicos que reemplazarían a la alineación actual. 

Los avatares de KISS fueron diseñados por la legendaria compañía de efectos especiales Industrial Light & Magic, la empresa de efectos especiales fundada por George Lucas para la saga de Star Wars y que hoy es una de las firmas de innovación tecnológica más respetadas en la industria del entretenimiento. 

No es la primera vez que KISS experimenta con nuevas tecnologías. En los años noventa la banda fue pionera en experimentar con tecnología 3D para integrar durante sus presentaciones en la gira del Psycho Circus. El espectáculo de KISS ha crecido a lo largo de cinco décadas para convertirse en una extravaganza.

Según Gene Simmons esta nueva iteración de la banda será un poco como asistir a una proyección de The Rocky Horror Picture Show, donde el público se viste de su personaje favorito y es un participante en el show. En cinco décadas los conciertos de KISS se han convertido en una experiencia transgeneracional comunal. 

Esta vez no serán los primeros en experimentar con la tecnología de hologramas en vivo. La banda sueca ABBA actualmente tiene un espectáculo virtual, el ABBA Voyage, en Londres. También están los casos de Frank Zappa, Whitney Houston, Amy Winehouse, Ronnie James Dio, Buddy Holly y el rapero Tupac Shakur que se han presentado como hologramas para revivir un poco de nostalgia y tratar de replicar la experiencia de ver un concierto de estos artistas. 

Aún no queda muy claro cómo se presentará el nuevo espectáculo de KISS ni tampoco se ha anunciado una gira, aunque tal vez pueda ser una experiencia que se instale en una locación —como la esfera de Las Vegas— donde pueda presentarse como una residencia permanente más al estilo de un show del Cirque du Soleil

Pero si lo tuyo es recrear la experiencia de una banda de rock en vivo, en un futuro próximo podrás presenciar un concierto en versión franquicia. La banda sueca The Hives incursionará en el modelo de la franquicia musical con algo que será una banda tributo oficial. La meta es tener una agrupación licenciada que gire por el mundo bajo la marca de la banda. Actualmente hay audiciones para conformar esta banda y que puede permitir que cualquiera cumpla su sueño de convertirse en una estrella de rock. ¿Será como ir a un espectáculo de cóvers oficiales?

Es una realidad que en la próxima década una generación de superestrellas de los sesenta y setenta se retirará: no por gusto, sino porque ya no estarán en condiciones o edad para seguir rockeando toda la noche y vivir de fiesta todo el día. KISS siempre ha entendido con claridad que su negocio es el del entretenimiento. Los personajes siempre han sido más importantes que sus intérpretes y no importa si la banda ya no tiene su alineación original o si están ahí sólo por el dinero (parafraseando a Frank Zappa). 

El lado purista pensará que esta nueva iteración de KISS es la explotación de una marca sin ningún valor artístico, pero mi yo adolescente está ligeramente emocionado por ver este espectáculo en vivo. Ir a ver los avatares de KISS será como ir a Disneylandia, un espectáculo en el que ya sabes lo que te espera. En su forma más primitiva te dará lo que sigues queriendo: la nostalgia de cuando te enamoraste de KISS y volver a vivir la fantasía del rock and roll. 

antonio.becerril@eleconomista.mx 

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Coordinador de Operaciones Online. Periodista. Desde el 2019 escribe la columna semanal sobre música “Mixtape” en El Economista. Ha sido reportero de tecnología y negocios, startups, cultura pop, y coeditor del suplemento de The Washington Post y RIPE.

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