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Opinión

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La Fed no debe acobardarse

Las quiebras de Silicon Valley Bank y Signature Bank son eventos importantes del mercado. Pero, dado un mercado laboral sobrecalentado y una inflación similar a la de la década de 1970, si la Fed no puede ver el blanco de los ojos de una crisis bancaria sistémica, entonces debe actuar agresivamente en el frente de la inflación

Washington D. C. – La agitación en los mercados financieros enturbió las perspectivas de la política monetaria estadounidense. Muchos economistas, inversores e instituciones financieras esperaban que la Reserva Federal no aumentara la tasa de interés de intervención en la reunión de la semana pasada semana; pero las quiebras del Silicon Valley Bank (SVB) y el Signature Bank son eventos de mercado significativos y no deben alterar el rumbo de la Fed. Los responsables de las políticas aumentaron la tasa de referencia para los fondos federales en 25 puntos base, aunque con las señales del lunes previo, que indicaron que los depósitos bancarios se estabilizaron, un aumento de 50 puntos base hubiera sido aún mejor.

El mes pasado, el índice de precios al consumidor registró una inflación del 6% respecto del mismo mes en 2022. Si eliminamos los precios volátiles de los alimentos y la energía, el resultado es un 5.5 % de inflación “básica”. En los últimos tres meses, la inflación básica según el IPC subió a una tasa anual del 5.2 %, el ritmo más acelerado desde octubre de 2022.

Después de casi dos años de la mayor inflación en décadas, el debate sobre las políticas se ha tornado insensible a esos números sorprendentes. La inflación del 6% según el IPC es una emergencia que requiere soluciones agresivas. Para que la Fed reduzca su respuesta debiera hacer falta mucho más que una inestabilidad temporal en el sector de la banca comunitaria.

Por supuesto, un conjunto de corridas bancarias en todo el país hubiera representado una historia diferente, pero contamos ahora con suficiente información como para concluir que se trata de un escenario poco probable. Los bancos que quebraron tenían importantes características inusuales: el SVB gestionó mal el riesgo del alza de interés y la proporción de depósitos no asegurados que mantenía era inusualmente elevada; Signature estaba expuesto de una manera poco frecuente a los mercados de criptomonedas; y el First Republic Bank, que tambaleaba al borde de la quiebra, fue un daño colateral. Pero en términos generales, el sistema bancario goza de buena salud, está bien capitalizado y es rentable.

La agresiva respuesta del Tesoro, la Fed y la FDIC prevendrá el contagio que podría causar corridas bancarias más amplias e inestabilidad financiera. Los bancos necesitan un aumento sustancial de la liquidez y la Fed se los está brindando, principalmente a través del mecanismo de descuentos. El sistema funciona y los informes más recientes muestran que la fuga de depósitos de los bancos más vulnerables se está desacelerando y, en algunos casos, revirtiendo.

Mientras tanto, los precios aumentan para los consumidores, la demanda de consumo está recalentada y hay mucha tensión en el mercado de trabajo. La inflación subyacente es de más del doble de la tasa objetivo de la Fed, del 2%. El gasto de consumo ajustado por inflación aumentó el 1.1 % en enero, la mayor suba alza mensual desde marzo del 2021 (y una tasa anual del 14.5 por ciento).

Durante el trimestre que finalizó en febrero, los empleadores crearon en promedio 351,000 puestos de trabajo al mes, la mayor cantidad desde septiembre de 2022. Es cierto, las tasas de desempleo y participación en la fuerza de trabajo aumentaron ligeramente en febrero y el sueldo promedio bajó ligeramente, pero el crecimiento de los salarios -4.6 % interanual, una tasa anual del 3.6% durante los tres meses anteriores- sigue superando al compatible con la meta inflacionaria de la Fed.

Aunque parezca extraño, la agitación en el sector bancario le facilita el trabajo a la Fed, porque reduce la disponibilidad de crédito a los hogares y empresas, y ajusta la situación financiera en términos más amplios. Pero es difícil determinar en qué grado destruirán la demanda los eventos recientes. ¿Pospondrán el gasto las empresas? ¿Disminuirán el gasto los hogares? (Goldman Sachs acaba de reducir su pronóstico para el crecimiento anual del PIB durante el cuarto trimestre del 2023 en 0.3 puntos porcentuales, debido a las condiciones más rígidas para los préstamos).

Considerando el mercado de trabajo recalentado y la inflación similar a la de la década de 1970, si la Fed no está segura de que hay una crisis bancaria sistémica en puerta, debe avanzar agresivamente para recuperar el equilibrio entre la demanda y la oferta agregadas. Levantar el pie del freno ahora sería una señal de falta de determinación y llevaría a la preocupación de que la incertidumbre en el sistema financiero haya pasado a dominar a la política monetaria.

Además, la flexibilización en este momento probablemente aumentaría el riesgo para los mercados financieros a mediano plazo. Cuanto más demore la Fed en controlar la inflación, mayor será la probabilidad de que la inflación arraigue aún más en el mercado laboral, y en las expectativas inflacionarias de los trabajadores, los hogares y los inversores. Cuanto más se enquiste la inflación, más difícil será para la Fed cumplir su meta, y más probable será una recesión.

Recuerden que fue la prolongada demora de la Fed en reconocer que la inflación no era transitoria lo que la obligó a aumentar la tasa para los fondos federales en 450 puntos base en menos de un año. La velocidad de esos aumentos es en parte responsable de la agitación de la semana pasada en el sector bancario.

Más allá de la reunión de la Fed de hace poco más de una semana, un ajuste de las condiciones financieras podría reducir la tasa terminal para los fondos federales, pero esa tasa ya estaba probablemente cerca del 6% antes de la quiebra del SVB. La Fed todavía tiene que seguir un poco. Una tasa terminal menor no implica que se debía evitar el aumento de 25 o 50 puntos base en la reunión de hace uso días.

Al aumentar las tasas en la semana pasada, la Fed tuvo la oportunidad de dar dos señales importantes: la primera es que confía en la estabilidad del sistema financiero, la segunda, que su decisión de combatir la inflación es inquebrantable.

La Fed no debe perder la oportunidad de comunicar esos mensajes a las empresas, los hogares, los inversores y los responsables de la política fiscal.

El autor

Es director de Estudios de Política.

Copyright: Project Syndicate, 1995 - 2023

www.projectsyndicate.org

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