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La Responsabilidad Social bajo la norma internacional ISO 26000
Para muchas organizaciones, la norma internacional ISO 26000 aún resulta un tema desconocido. Esta Guía de Responsabilidad Social (RS) fue publicada en noviembre del 2010, siendo el primer instrumento en la materia que fue construido con base en el consenso de un grupo multisectorial que contó con la participación de aproximadamente 450 expertos y 210 observadores de 99 países y 42 organizaciones internacionales, clasificados en seis categorías: industria, gobierno, consumidores, trabajadores, organizaciones no gubernamentales (ONG) y otros (principalmente universidades, servicios de consultoría e investigación y organismos de normalización y certificación).
En este sentido, la ISO 26000 no es una norma de sistema de gestión, ni contempla la certificación de tercera parte (como sucede con otras normas ISO como la 9001, que trata temas de calidad, o la 14000 sobre gestión medioambiental, por ejemplo), al carecer de requisitos específicos para dicho fin, sino que por el contrario, al tratarse de una norma de recomendaciones, se convierte en un extraordinario compendio del estado del arte de la RS a nivel mundial que proporciona un marco de referencia para que cualquier organización interesada pueda integrarla a sus operaciones y actividades diarias, sin importar su sector o tamaño, ya que es tan válida para una gran empresa multinacional como para una pequeña ONG, un sindicato o una universidad.
Para muchos países, incluyendo a México, la RS es un tema que ha venido extendiéndose de forma acelerada en la última década, pero que aún es malinterpretada o desconocida por aquellas organizaciones más pequeñas; además de que se cree erróneamente que sólo aplica para el sector empresarial más desarrollado. Así, la ISO 26000 se convierte en una excelente herramienta para la correcta difusión e integración del tema en todos los sectores: empresarial, gubernamental y de la sociedad civil.
Para aquellas organizaciones que ésta sea su primer aproximación al tema, vale la pena detenerse y profundizar en el análisis de los primeros capítulos del documento, para poder comprender la evolución e importancia de la RS y conocer los siete principios que le dan sustento (la rendición de cuentas, la transparencia, el comportamiento ético, el respeto a los intereses de las partes interesadas, el respeto al principio de legalidad, el respeto a la normativa internacional de comportamiento y el respeto a los derechos humanos) pero, sobre todo, para tener claros los diferentes términos que se utilizan a lo largo del texto.
También resulta útil para guiar al usuario con recomendaciones que le permitirán reconocer las responsabilidades sociales que tiene la organización en siete materias fundamentales (gobernanza de la organización, derechos humanos, prácticas laborales, medioambiente, prácticas justas de operación, asuntos de los consumidores y participación activa y desarrollo de la comunidad), frente a sus partes interesadas con las cuales la organización mantiene alguna relación, ya sea porque sus actividades y decisiones impactan a estos terceros, o porque las de éstos afectan a la organización.
Para cualquier organización, todas las materias fundamentales abordadas en la ISO 26000 resultan importantes, pero la relevancia de los “asuntos” (o temas) en los que cada una de ellas se divide, estarán determinados por las características mismas de la organización de la que se trate. Por ejemplo, para todas las organizaciones será importante el tema del medio ambiente, pero el asunto concreto sobre la protección de la biodiversidad y la restauración de los hábitats naturales tendrá mayor relevancia para aquellas organizaciones con un impacto mayor o una actividad cercana a este ámbito, como pudieran ser aquellas empresas de la industria extractiva, o las ONG dedicadas a este tema.
Con esto, la Guía de Responsabilidad Social, deja claro que la RS es un tema que puede y debe adaptarse a la organización, considerando su tamaño, sector, capacidades, y esfera de influencia (alcance), entre otras características, pero también los intereses, expectativas o exigencias de sus partes interesadas.