Buscar
Opinión

Lectura 4:00 min

La democracia capitalista, en crisis

Concentra 10% de la población chilena 80% del ingreso

Abraham Lincoln decía que se puede mentir a pocos mucho tiempo, se puede mentir a muchos poco tiempo, pero no se puede mentir a todos todo el tiempo, sobre todo si el engaño tiene como destinatarios a los mismos que han sido defraudados.

Es sin dudas el caso que hoy exhibe Chile, dentro del contexto de un país aristocrático, el modelo económico de éxito en América Latina (ingreso per cápita 28,000 dólares anuales para el 2020, según el FMI), donde la pobreza había llegado a 40% y hoy se estima en 8 por ciento.

Sin embargo, apareció de la nada la insuficiencia del salario, de las jubilaciones de 240 dólares, y más de 60% de la población con graves carencias en la atención de la salud, en el alto costo de los servicios eléctricos y del transporte, en los precios de los medicamentos, en el acceso a la educación de calidad, en la aspiración a ocupar los puestos de trabajo disponibles de mayor responsabilidad, que se ha traducido en la parálisis de la movilidad social. Lo cierto es que 10% de la población concentra 80% del ingreso, y 90% de los chilenos se reparte 20% restante.

Chile tiene su símil en los Chalecos Amarillos de la Francia de Macron, en la rebelión de los bolivianos contra Evo Morales, en las protestas de Hong Kong ante el gobierno chino, en las crisis de Perú o de Ecuador, en la bomba de tiempo de Brasil, en las protestas de la Puerta del Sol en Madrid, en la vuelta al populismo, a opciones que se refugian en las ideologías de izquierda, en un déjà vu de la era K en Argentina, en el retorno de la mística marxista, irónicamente, en la catástrofe de Venezuela y de Cuba, después de que todas las fórmulas fracasaron.

La revisión socialista se encuentra en el mal manejo que han tenido los países que disfrutaron del estado de bienestar cuando la economía se hizo más competitiva, cuando la globalización marcó en el mapa los que pueden jugar en las distintas categorías, y quiénes están excluidos.

Resulta claro para mí que existe un factor común a todos los conflictos sociales recientes, y es que la clase obrera y la clase media baja, y en algunos casos la clase media en general, reclaman por la pérdida de ingresos y por la insatisfacción por la falta de seguridad, por la decadencia del sistema educativo o por la accesibilidad a la educación de calidad, la reducción de los ingresos por falta de mejoras o por aumento de los costos básicos como alimentación, energía, indumentaria y transporte, y de los impuestos y las cargas sociales.

Sea cual fuere el destino de los países de Latinoamérica, la democracia estará expuesta a una grave crisis de gobernabilidad si los gobiernos elegidos legítimamente por cada comunidad no incluyen como políticas de estado las mejoras demandadas, que forman parte de un nuevo marco aspiracional de los grupos sociales excluidos.

Debe implementarse un régimen legal que fomente la meritocracia, que premie el esfuerzo y fomente la cultura del trabajo, que vuelva a colocar a los trabajadores de menores ingresos y a los desempleados, a través de un puente basado en educación y capacitación, para ingresar al mercado con un marco legal razonable y moderno, en un contexto que brinde seguridad jurídica a los dependientes y a los empleadores.

Únete infórmate descubre

Suscríbete a nuestros
Newsletters

Ve a nuestros Newslettersregístrate aquí

Noticias Recomendadas

Suscríbete
/* USER OBJECT EXAMPLE paywall.auth.user() = { id: 5098, site_id: 1, email: 'johndoe@mail.com', first_name: 'John', last_name: 'Doe', avatar:"https://beta.wyleex.com/img/tenants/avatar.png", birth_date:null, checkSubscription:false, country:"", created_at:"2020-01-01T22:26:36.000000Z", gender:null, identification_number:null, identification_type:null, phone_number:"12345678", phone_prefix:null, subscribed:true, token:null } */