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La democracia según AMLO podría confundirse con autocracia
Democracia es una de las palabras que más pronuncia el presidente Andrés Manuel López Obrador.
El 14 de abril pasado dijo que “en la democracia manda el pueblo, ‘demos’ es pueblo, ‘cratos’ es poder: es el poder del pueblo, el pueblo es el soberano, no los aparatos, las estructuras, el pueblo es el que decide, en la democracia es el que manda, se establece hasta el artículo 39 de la Constitución, el pueblo tiene el derecho de cambiar hasta la forma del gobierno, el pueblo es soberano”.
Y, efectivamente, el 39 Constitucional dice que “La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno”.
Sin embargo, el presidente muy convenientemente olvidó que el artículo 41 dice que “El pueblo ejerce su soberanía por medio de los Poderes de la Unión (...) y por los de los Estados y la Ciudad de México (...) en los términos respectivamente establecidos por la presente Constitución Federal y las particulares de cada Estado y de la Ciudad de México, las que en ningún caso podrán contravenir las estipulaciones del Pacto Federal”.
O sea que el pueblo no manda directamente mediante votaciones a mano alzada realizadas en alguna plaza pública ni a través de encuestas amañadas y de dudosa calidad científica, que son dos métodos dizque democráticos que AMLO ha utilizado para justificar sus decisiones personales o su partido Morena para imponer candidaturas.
El 41 explica que el pueblo manda, pero “por medio de los Poderes de la Unión (...) y por los de los Estados y la Ciudad de México”. Los “aparatos” y las “estructuras”, que para Andrés Manuel carecen de importancia, han sido creadas por iniciativa de legisladores federales y locales, presidentes y gobernadores, y aprobadas por las legislaturas federales y de los estados con el fin de que exista un gobierno organizado y funcional que permita cumplir la voluntad del pueblo mexicano, que según el artículo 40, “es constituirse en una República representativa, democrática, laica y federal, compuesta por Estados libres y soberanos (...) y por la Ciudad de México, unidos en una federación establecida según los principios de esta ley fundamental”.
A juzgar por las palabras de AMLO, el único Poder que México necesita para ser la República que define el 40 es el Ejecutivo, encabezado por él mismo, ya que él y sólo él es capaz de defender y promover su idea muy particular de la democracia.
Él lo ha dicho: el Poder Judicial es corrupto y está en contra de la democracia, los órganos constitucionales autónomos que no actúan como él quiere (INE, INAI, INEGI, IFT, COFECE, CONEVAL y Banco de México) sólo defienden a los ricos y poderosos y por lo tanto están en contra del pueblo, a diferencia de aquellos que encabezan sus incondicionales (CNDH y FGR), que sí están al servicio de la democracia. El Congreso, si él no mandara sobre su mayoría, seguramente también estaría dentro de su lista de enemigos del pueblo.
Democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, dijo Abraham Lincoln. El gobierno de un solo hombre, por más iluminado que éste crea estar, se llama autocracia.
Cuidado...
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