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Opinión

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La deuda con Elba Esther

Van a cumplirse cuatro años de la reaparición de Elba Esther Gordillo. Exonerada de las acusaciones formuladas en su contra por los peñistas, por lavado de dinero y delincuencia organizada, la maestra anunció entonces su intención de rescatar al SNTE.

“Recuperé la libertad y la reforma educativa se ha derrumbado”, celebró en su primera aparición en un salón del Presidente Intercontinental. El entonces presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, había perfilado a Marcelo Ebrard, Juan Ramón de la Fuente y Esteban Moctezuma Barragán al gabinete legal; con esos contactos y la interlocución de la ministra en retiro, Olga Sánchez Cordero, y del abogado Julio Scherer Ibarra, había conseguido su absolución en la causa penal. 

En su encierro, Gordillo Morales giró instrucciones a sus más cercanos —su yerno, Fernando González, y su nieto, René Fujiwara Montelongo—para deslindarse de cualquier alianza electoral con el bloque partidista que respaldó a su amigo, José Antonio Meade. No es nada personal, le mandó decir al exsecretario estrella del gabinete peñista, al que deslindó de la orquestación perversa que la privó de la libertad durante cinco años y medio.

“Esta guerrera está en paz”, sintetizó esa ocasión, en vísperas del inicio del ciclo escolar, no sin antes reprochar la traición de “quienes tenían la obligación de defendernos y no lo hicieron”.

Tras de recuperar su libertad, ¿pasaría a retiro? La Maestra recurrió a sus contactos con la Cuarta Transformación para hacer llegar un mensaje al presidente: el elbismo no se opondría a la contrarreforma educativa, si cesaban los planes para atomizar al SNTE y destruir las conquistas gremiales de las últimas dos décadas.

No es que la administración entrante cediera ante las demandas de la exlideresa chiapaneca, pero había una confluencia de intereses. El entonces secretario general del SNTE, Juan Díaz de la Torre había invertido —a través de Nueva Alianza— en la candidatura de Meade Kuribreña. Esa derrota hizo inviable su permanencia al frente del magisterio.

Tres meses después de la reaparición de Gordillo Morales, y apenas 10 días antes del cambio de poderes, quedó vacante la presidencia del SNTE. Por prelación, quedó a cargo Alfonso Cepeda. El gobierno federal había pactado con las distintas facciones magisteriales —incluidos elbistas y la CNTE— coadyuvar a la elección de la nueva dirigencia, por voto secreto y directo de los agremiados al sindicato.

Dentro de tres meses, Alfonso Cepeda cumplirá cuatro años al frente del SNTE. Y también habrán pasado cuatro años sin que se cumpla la promesa de la Cuarta Transformación de democratizar al magisterio, renovar los planes de estudio y concluir con la reforma educativa.

Efectos secundarios

PERFILADO. Este fin de semana deberán instalarse los consejos de Morena en las 32 entidades de la República e inmediatamente serán electos los presidentes y secretarios generales de los comités directivos estatales. El alineamiento de las facciones ya es visible. En Morelos, por ejemplo, esta tarde se reunirán los consejeros morenistas afines al gobernador Cuauhtémoc Blanco en el rancho “El Palmar” de Temixco, Morelos. Su propuesta para encabezar al partido en aquella entidad es Ulises Bravo.

ACOMODOS. Dentro de tres semanas concluirá la etapa de Olga Sánchez Cordero como presidenta de la mesa directiva del Senado de la República. La exsecretaria de Gobernación deberá posponer su deseo personal de pasar a retiro para dedicarse a su familia. Y es que la partida de Jesusa Rodríguez a Panamá obliga a que permanezca en su escaño. Y justo dentro de un mes comenzará a presidir la Comisión de Justicia, donde impulsará su agenda de género y buscará reelegirse en su escaño.

Periodista y columnista de El Economista, autor de Doña Perpetua: el poder y la opulencia de Elba Esther Gordillo. Elba Esther Gordillo contra la SEP.

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