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La economía global marcada por la geopolítica
Estados Unidos ha resuelto entrar en la carrera de la energía limpia con la Ley de Reducción de la Inflación. Se subsidiará a los productores y consumidores de energías renovables con 369,000 millones de dólares en 10 años...
Antes de la invasión a Ucrania la especulación era que Rusia, al solo representar el 3% del PIB mundial y un ingreso per cápita muy bajo, internacionalmente en la posición 73, no podía hacer mucho daño. Pero la interdependencia política y económica mundial afecta a todos, además de que Rusia tiene petróleo, gas, carbón, armas nucleares y capacidad cibernética. También porque Estados Unidos tuvo una retirada desastrosa en Afganistán que envalentonó a Putin.
La manipulación rusa de sus combustibles fósiles ha creado gravísimos problemas inflacionarios a su vecindario europeo y a todo el mundo. En los últimos seis meses los 27 países europeos que constituyen la Unión Europea perdieron el 50% de los suministros energéticos provenientes de Rusia. En Inglaterra la crisis energética ha incrementado en 80% los precios del petróleo y el gas. Para los países vecinos de Rusia como son Polonia, Letonia y Lituania ya acusan retrocesos en su crecimiento económico. En Estados Unidos solo la energía responde por el 33% de su inflación.
Los peligros nucleares producen terror. La planta de Zaporiyia, en Ucrania, ha sido violada en su seguridad integral por bombardeos rusos. Así lo reconoció el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) que propuso proteger a la central por los riesgos existentes.
Para poder articular una expectativa macro para el mundo, la invasión a Ucrania es muy importante. Tanto por el hecho de que Rusia amenaza con suspender todos los suministros de gas a Europa si no le quitan las sanciones.
El nuevo riesgo energético también se explica porque las inversiones y la infraestructura asociada para crear energía verde en vez de energía fósil no han sido suficientes y tardan en empezar a funcionar. Por ello los combustibles fósiles representan más del 80% del consumo energético mundial.
También el bloqueo ruso a la exportación de Ucrania de trigo, maíz, aceites vegetales y fertilizantes afectó los suministros, elevando los precios.
Tardíamente se están liberando 22 millones de toneladas de trigo.
Estos eventos han contribuido al bajo crecimiento económico mundial. Todo lo sólido se desvanece con la inflación.
Ante este panorama mundial, las respuestas de los gobiernos de los países líderes no ayudan a formular un optimismo contundente.
Hay proyectos, todos valiosos, pero que solo a mediano y largo plazo ofrecerán resultados positivos.
Estados Unidos ha resuelto entrar en la carrera de la energía limpia con la Ley de Reducción de la Inflación. Se subsidiará a los productores y consumidores de energías renovables con 369,000 millones de dólares en 10 años. Asimismo se autoriza al Departamento de Energía a prestar hasta 250,000 millones de dólares a empresas que estén invirtiendo en la transición hacia energías limpias. Y se aprobaron 62,000 millones de dólares para impulsar la producción de semiconductores. Es una nueva política industrial que tendrá repercusiones en el mundo.
China gastó el año pasado 266,000 millones de dólares para el inicio de su transición energética. Hoy se producen en China más de dos tercios de todos los paneles solares y las baterías de ion de litio y alrededor de la mitad de todas las turbinas eólicas que se venden en el mundo.
Europa tiene un programa ambicioso, pero también las limitaciones para moverse con mayor rapidez. El Pacto Verde de la Unión Europea se diseñó en el 2019, pero todavía está detenido para su ejecución en el Parlamento Europeo y los gobiernos nacionales.