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La economía otra vez con resultados negativos
Si los datos definitivos del Producto Interno Bruto (PIB) del segundo trimestre de este año se quieren leer desde el púlpito de la campaña electoral eterna escucharemos un “vamos requetebién” porque en la comparación anual creció 19.5 por ciento.
Si el Presidente deja por un momento los temas político-judiciales para meterse al terreno de la economía, y que no hable solamente de cómo va a usar los Derechos Especiales de Giro del Fondo Monetario Internacional, refrendará que este es el camino para que al cierre de este 2021 la economía crezca 6% tal como lo prometió en campaña.
Claro que olvidará decir que ese casi 20% de expansión del PIB en el segundo trimestre de este año es un rebote desde el peor trimestre que ha tenido en su historia la economía mexicana. Aquellos meses de abril, mayo y junio del año pasado, cuando la pandemia nos metió a todos a nuestras casas y la mayoría de las actividades económicas se paralizaron.
No habrá referencia matutina alguna a que ese rebote de 6% que algunos esperan para este año no alcanza a compensar la caída del PIB el año pasado de 8.5%, el peor derrumbe anual desde los años treinta del siglo pasado.
Pero todo eso de hecho no será importante ante una evidencia más preocupante que las caídas del año pasado y los insuficientes rebotes de este 2021.
Hay indicios en diferentes indicadores económicos del regreso de los datos negativos a la economía mexicana.
El propio dato del PIB del segundo trimestre de este año y su crecimiento de apenas 1.5% en la comparación contra el trimestre inmediato anterior ya habla de un ritmo más lento en el rebote.
Pero a la par que el Inegi publicó este dato trimestral definitivo, dio cuenta del Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) de junio pasado. La muy mala noticia es que el IGAE de junio tuvo una caída en la comparación contra mayo pasado.
La actividad económica que se había acelerado desde el otoño pasado tuvo un achatamiento en su recuperación en la primavera de este 2021 para de plano registrar ya este dato negativo en junio de 0.9 por ciento.
La caída del IGAE de junio tiene además la característica de que los tres grandes grupos de actividades económicas tuvieron retrocesos. El sector primario, volátil como es, se contrajo 4.4% en junio respecto a mayo.
El sector secundario, con todo y ese motor de las manufacturas de exportación, tuvo una contracción, de acuerdo con el IGAE, de 0.5% y se empieza a formar una muy temida “W” en su dinámica de comportamiento.
Y el sector terciario, que sostiene seis de cada 10 pesos de la economía, se contrajo 0.7% e interrumpe su incipiente recuperación, ahí donde se ubica la mayor parte de los trabajadores formales e informales de este país.
No hay pues, buenas noticias en materia económica ahora que estamos ya de lleno en la segunda mitad del año.
Quizá por eso es mejor distraer a la feligresía con cualquier otro tema. Pueden ser los expedientes judiciales o la revocación del mandato, lo que sea antes que aceptar que la recuperación, que ya era lenta, ahora se ha detenido e incluso revertido.