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Opinión

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La eterna mitología de Elvis Presley

La mitología del rock and roll comienza con Elvis Presley. Elvis Aron Presley es el rey del rock and roll, el ídolo que ha sido homenajeado, parodiado, y desacralizado tanto como una imagen religiosa. Es la historia de un joven nacido en Tupelo, Misisipi, con una prodigiosa voz barítona que mezclaba blues, country, música religiosa y tenía unas peligrosas caderas que ayudó a construir un nuevo género musical para la juventud. Su música era el sonido del futuro.

El joven trailero fue descubierto en agosto de 1953 cuando llegó a grabar a los estudios Sun Records un par de canciones como un regalo para su madre. Su música llegó a los oídos de Sam Phillips y el coronel Tom Parker, quienes ayudaron a construir el primer ícono de lo que hoy conocemos como rock and roll. Es el intérprete de “Hound Dog”, “Heartbreak Hotel”, “Love Me Tender”, “Can’t Help Falling in Love”, “In The Ghetto”, “If I Can Dream” y una larga lista de canciones que han estado presentes en el inconsciente colectivo del pop.  

Elvis es el personaje que inspiró a generaciones enteras de músicos a soñar con convertirse en estrellas de rock. Su origin story, cómo la de un superhéroe, está constituida mitad biografía y mitad mitología y permite que toda una generación de la clase trabajadora tenga un modelo a seguir. Es el origen del rockstar moderno como una profesión y una solución de movilidad social en la era después de la Segunda Guerra Mundial.

Elvis es también la figura trágica del ídolo que durante los últimos años de su vida terminó en un casino en Las Vegas relegado a ser una reliquia y exprimiendo los éxitos del pasado. Para algunos la imagen de Elvis está también asociada con sus extravagantes trajes dando patadas de karate en el escenario. Una figura deteriorada por años de excesos mientras interpreta una melosa balada o recluido en su propio castillo: Graceland.

Foto: AP

Foto: AP

El personaje de Elvis Presley también tiene sus contradicciones. A lo largo de siete décadas la figura de Presley pasó de ser apreciada como un pionero del rock a convertirse en un intérprete blanco que explotó la música de color y la música vernácula para cosechar su propio éxito. “Elvis era un héroe para muchos, pero nunca significó nada para mí”, rapeaba Chuck D de Public Enemy en los años ochenta.

La historia de Elvis se ha contado muchas veces y sería perfecta para una biopic musical con altas dosis de melodrama, excesos y tragedia. El problema es que como todas las películas basadas en músicos o bandas de rock es más interesante abordar el mito y la propia realidad se vuelve una caricaturización del propio personaje.

El tratamiento que hace el director australiano Baz Luhrman en su nueva película Elvis es una forma de perpetuar parte de la mitología de Elvis. Así como lo ha hecho en sus trabajos previos como Romeo + Juliet, Moulin Rouge y su adaptación de The Great Gatsby, Luhrman no está interesado en la realidad ni en contar la historia de Elvis con un grado de precisión histórica. El mito de Elvis es perfecto para verse a través de la lente de Baz Luhrman. El estreno de la película coincide con la conmemoración de los 45 años de la muerte de Presley, el 12 de agosto de 1977. 

En sus dos décadas de carrera Presley hizo discos de rock and roll, country y góspel, actuó en más de 30 películas (unas mejores que otras) y construyó una marca que hoy es reconocible desde su silueta y las primeras notas de sus canciones. Aunque la figura de Presley que se ha explotado y comercializado desde su muerte ha opacado la personalidad y verdadera identidad de Elvis como un músico único. El rey del rock and roll tenía una impresionante devoción por la música de color, la música religiosa, el góspel, el country y siempre trató de buscar nuevos horizontes musicales.    

Sin Elvis Presley el rock and roll no tendría un mito fundacional. La película de Baz Luhrman es una invitación para que el público redescubra algunas de las canciones de la vasta discografía de Elvis. Desde el imprescindible álbum debut de 1956, uno de los discos de góspel con los Jordanaires, el soundtrack de alguna de sus películas, el especial de 1968 o alguno de sus discos en vivo desde el International Hotel en Las Vegas, donde en este momento hay un imitador de Presley cantando “Suspicious Minds”, rindiéndole homenaje.

Larga vida al rey del rock and roll.  

antonio.becerril@eleconomista.mx

ACTUALIZACIÓN 16:40 18/07/2022: Una versión de esta columna contenía una imprecisión sobre la fecha luctuosa de Elvis Presley. 

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Coordinador de Operaciones Online. Periodista. Desde el 2019 escribe la columna semanal sobre música “Mixtape” en El Economista. Ha sido reportero de tecnología y negocios, startups, cultura pop, y coeditor del suplemento de The Washington Post y RIPE.

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