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Opinión

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La globalización de la desigualdad

El tema de la desigualdad normalmente está fuera de los discursos oficiales porque es variado y complejo, pero está ahí, como un fantasmón persistente. Los gobiernos suelen referirse a la pobreza y las ayudas que reciben los sectores más desprotegidos, pero no dicen que esto no sirve para resolver los mecanismos que mantienen a grandes masas humanas en esa situación. Las políticas han sido ineficaces para contrarrestar las causas de las desigualdades, pues no sólo las hay socioeconómicas, también hay desigualdades por género, color de piel, religión, opción sexual, etc. 

Con cifras actuales, a nivel mundial las naciones con más desigualdades son: Sudáfrica, Namibia, Haití, Botsuana, Surinam, Zambia, República Centroafricana, Lesoto, Belice y Suazilandia. Siete países africanos y tres de América, de ahí el título de este artículo. En México, también el problema de las desigualdades es el mayor reto a resolver. 

Cada tanto, algún informe de CONEVAL o de OXFAM nos recuerda el tema de la desigualdad. Esto se traduce en una breve conversación pública y luego el tema se diluye, lo cual es lamentable porque no hay un entramado de políticas públicas que tienda a su solución.

Esta semana, un informe reciente de OXFAM México ha revelado que las 14 personas más ricas de México han aumentado su fortuna en al menos un 70% de 2020 a 2023. Cuando AMLO habla de la oligarquía como sus enemigos imaginarios se refiere indudablemente a este grupo. La mayoría de estas personas ha apoyado los proyectos de la actual administración y a cambio ha recibido contratos, concesiones y facilidades. En tres años el 70% de incremento en sus fortunas no está nada mal. Está claro que la oligarquía es su aliada. Dudo mucho que estas ganancias se hayan repetido en tan corto tiempo en cualquier momento del periodo “neoliberal”.

Alguien podría decir que el crecimiento de estas grandes fortunas se ha dado por lo visionario de estos “líderes” y que la desigualdad y la pobreza no están correlacionados. Ambas afirmaciones son falsas. En los países con grandes desigualdades, por lo general la pobreza se acentúa. Lo “visionario” no ha sido el factor fundamental del digamos éxito de estas grandes fortunas, son décadas de transferencias masivas de recursos del gobierno a un reducido grupo de personas. Sean gobiernos del PRI, PAN, PRD y ahora MORENA esto no ha cambiado en lo esencial.  

OXFAM reconoce que en este sexenio se ha mejorado la distribución del ingreso, especialmente en los trabajos formales, pero señala que estas medidas son insuficientes. En México, 294 mil personas (poco más del 0.2% de la población) acumula el 60% de la riqueza del país. En el otro lado, hay 46.8 millones de mexicanos (el 36% de la población) que viven en pobreza.

Otro informe, el del World Inequality Lab (Laboratorio Mundial de la Desigualdad), señala que: “México es uno de los países más desiguales del mundo”, Y prosigue: “A lo largo de todo el siglo XX y durante las dos décadas del XXI los ingresos del 10% más rico de la población mexicana fueron y siguen siendo 30 veces más altos que los del 50% más pobre”.

Una de las virtudes de este informe es que deja atrás mitos y señala que las desigualdades son producto de decisiones políticas no de casualidades. Estas decisiones han causado el crecimiento espectacular de las disparidades en países como Estados Unidos y México. En los últimos 40 años se ha intensificado la transferencia de riqueza de los actores públicos y la sociedad a manos privadas. En cada crisis, los ricos salen más ricos y la pandemia del COVID no fue la excepción.

OXFAM pone sobre la mesa algunas propuestas para revertir el aumento de la desigualdad: 

  • Fijar diferencia máxima entre salarios
  • Mejorar condiciones laborales
  • Respetar el medio ambiente
  • Modelo de negocio justo
  • Igualdad de oportunidades
  • Impuestos sobre la riqueza

Cabe insistir que estas propuestas no vienen de ninguna organización comunista o anticapitalista. Lo que pretenden es refuncionalizar el capitalismo. Lógicamente, no pueden imponerse o tratar de imponerse unilateralmente en un solo país, tienen que ser acordadas en bloque con la intervención de mecanismos multilaterales. De esto ya han hablado economistas como Thomas Piketty, Mariana Mazzucato, Rebecca Henderson, entre otros, que están preocupados por la disfuncionalidad del sistema y de temas como: la acción del sector financiero; la concentración de capitales; el cambio climático; la existencia de gobiernos cortoplacistas o el avance de la desigualdad.

¿El actual gobierno del “bienestar” ha instrumentado alguna política social encaminada a lograr alguna de las metas punteadas arriba? Me parece que no, es un gobierno dedicado a administrar la pobreza y la desigualdad.

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