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Opinión

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La importancia de empezar a invertir lo antes posible

Para invertir, primero hay que ahorrar y eso significa separar una parte de nuestro dinero para metas futuras.

La inversión es uno de los aspectos fundamentales de las finanzas personales, ya que es lo que nos permite conservar el poder adquisitivo de nuestro dinero e incluso, incrementarlo considerablemente en el largo plazo. Desde luego, para invertir primero hay que ahorrar y eso significa separar una parte de nuestro dinero para metas futuras.

Desde luego, mientras más pronto empecemos, mejor nos irá en el largo plazo por las siguientes razones:

1. El beneficio del interés compuesto, que permite que nuestro dinero se multiplique a un ritmo más rápido, a medida que pasa el tiempo.

2. Nos permite acostumbrarnos, es decir, obtenemos disciplina y constancia, que es indispensable para formar un patrimonio.

3. Al ahorrar e invertir un monto constante, podemos ir promediando los costos de nuestra inversión y comprar más cuando los mercados bajan y menos cuando están caros. Eso a la larga nos puede ayudar mucho.

4. Además, invertir nos va dando experiencia y conocimientos, que nos permiten tomar decisiones más inteligentes. Mientras más pronto nos acostumbremos a los distintos tipos de instrumentos, conozcamos su volatilidad y su rendimiento potencial, más fácil será armar un portafolio adecuado a nuestras necesidades y perfil de riesgo.

Por ello, recomiendo a los jóvenes empezar a ahorrar y aprender a invertir lo antes posible, idealmente desde que empiezan a trabajar y a ganar dinero. Es el momento ideal. El segundo mejor momento es hoy. si no has empezado.

Ahora bien, como ya señalamos, el primer paso para comenzar a invertir de manera exitosa es lograr hacer del ahorro un hábito, una disciplina. No es difícil e incluso hoy en día podemos hacerlo de manera automática (hay distintos mecanismos).

Luego, tenemos que decidir cómo invertir el dinero que estamos ahorrando. Y la forma como tomaremos esta decisión es mediante el análisis cuidadoso de nuestras prioridades y de nuestros objetivos de vida. ¿Qué queremos lograr y en cuánto tiempo? Recordemos que las finanzas personales no son más que un plan, una ruta para lograrlas.

Ahora bien, algo que a muchísima gente se le olvida: siempre debemos dar prioridad a las metas más lejanas, porque suelen ser las más grandes e importantes. Como el ahorro para el retiro. Eso es más importante que comprar una nueva televisión (por lo menos lo es para mucha gente).

Si no tomamos primero en cuenta las metas de más largo plazo, las podemos fácilmente olvidar o posponer para satisfacer necesidades o deseos de corto plazo. Por lo general, cuando nos damos cuenta, ya están muy cerca y suele ser demasiado tarde. No conozco todavía a nadie que no me haya dicho: “Ojalá hubiera empezado mi ahorro para el retiro antes”.

¿Qué quieres lograr con tu dinero? Dependiendo de nuestro horizonte de inversión y de nuestra tolerancia al riesgo, podemos querer distintas cosas. Por ejemplo, para dinero que podríamos utilizar en cualquier momento, lo que nos interesa no es tanto el crecimiento, sino más bien protegerlo contra la inflación. Entonces debemos actuar en consecuencia e invertirlo en instrumentos de corto plazo y alta liquidez que tengan ese objetivo.

Pero si por el contrario, nuestra meta es el retiro y hoy tenemos 25 años, lo más lógico es invertir esos recursos en instrumentos que generen un crecimiento real importante en el largo plazo.

Nuestra tolerancia al riesgo

Cualquier instrumento de inversión conlleva cierto riesgo. Incluso los instrumentos que pensamos que son “seguros” (como algunos pagarés bancarios que pagan tasas por debajo de la inflación y que, por lo tanto, generan el riesgo de que el poder adquisitivo de nuestro dinero se reduzca sustancialmente).

Sin embargo, en materia de inversión, el riesgo se define como el cambio o la fluctuación en el valor de nuestra inversión a lo largo del tiempo. Por eso, el horizonte de nuestra inversión juega un papel preponderante.

En el largo plazo, tendremos una mejor tolerancia al riesgo, ya que si el valor de nuestro portafolio se reduce, tendremos mucho tiempo para recuperar esa pérdida de valor e incluso de generar ganancias interesantes.

Por el contrario, en el corto plazo (como por ejemplo, ahorrar para constituir un fondo para emergencias o para juntar el enganche de un coche o de una casa), nuestra tolerancia a que el valor de nuestra inversión fluctúe es menor, ya que necesitaremos disponer de nuestros recursos en un plazo relativamente corto y no habrá el tiempo suficiente para recuperarnos si ocurre un evento económico inesperado que afecte fuertemente el valor de nuestra inversión.

Te invito a visitar mi página: el lugar para hablar y reflexionar sobre finanzas personales.

Twitter: @planea_finanzas

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Ejecutivo de alto nivel en seguros y reaseguro con visión estratégica de negocio, alta capacidad de liderazgo, negociación y gerencia. Además es columnista de Finanzas Personales en El Economista, Coach en Finanzas Personales y creador de la página planeatusfinanzas.com

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