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Opinión

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La importancia de la liquidez

La liquidez representa la cualidad de los activos para ser convertidos en efectivo de forma inmediata, sin pérdida significativa de su valor. Esto último está resaltado porque es la característica más importante.

Uno puede tener invertido parte de su patrimonio en acciones, las cuales se pueden liquidar en poco tiempo. Pero no se consideran parte del patrimonio líquido, porque su valor está sujeto a una fuerte volatilidad. Si uno se ve obligado a venderlas en un mal momento, podría tener que asumir una pérdida importante y no se trata de eso. Al contrario: uno debe tener liquidez precisamente para evitarlo.

En resumen, la falta de liquidez puede afectar a las personas de muchas y muy distintas maneras. Por ejemplo:

1. Situaciones de emergencia o imprevistas. En la vida pasan cosas inesperadas y a veces en el peor momento posible. Si no contamos con un nivel suficiente de liquidez, por más alto que sea nuestro patrimonio, no podremos enfrentarlas de manera adecuada.

Siempre me pone los pelos de punta cuando la gente me dice que “las tarjetas de crédito son para emergencias”. Cuando pasan cosas malas, lo último que uno quiere es añadirle al problema, adquiriendo deudas. Pero además, a veces las cosas malas suceden una después de otra. Uno puede tener una emergencia y días después perder el trabajo por recorte de personal (o viceversa).

2. No poder aprovechar oportunidades valiosas. Muchas veces salen oportunidades de inversión atractivas pero que requieren tener liquidez para aprovecharlas. Hace muchos años me ofrecieron participar en un negocio que hoy es una empresa ya consolidada y que ha ofrecido buenos dividendos a los accionistas. No pude porque no tenía dinero. Y vaya que lo lamenté.

Por eso es tan importante mantener un porcentaje líquido en nuestro portafolio de inversión. Pero además, debemos precisar que muchos patrimonios importantes se han construido, precisamente, por gente que pudo aprovechar las oportunidades que nos brindan las crisis (son momentos en los que todo mundo tiene miedo, muchos quieren vender y pocos comprar). Por eso, es posible encontrar verdaderas gangas en el mercado accionario, inmobiliario o de negocios.

3. Nos podría obligar a vender nuestras inversiones en el peor momento. Ya lo comenté pero vale la pena recordarlo. En mi vida financiera he visto muchos momentos de gran incertidumbre, como el que estamos viviendo actualmente. Los mercados han caído de manera significativa.

Pero ha habido momentos aún peores. Uno de ellos fue la crisis financiera del 2008. Otro, cuando era chico, fue el crack bursátil de 1987, donde el valor de las acciones cayó 70% de forma súbita.

De hecho, este último dejó lecciones importantes. En ese entonces la Bolsa Mexicana de Valores estaba teniendo un crecimiento espectacular y mucha gente se sintió atraída por los rendimientos, sin pensar en los riesgos.

Así, hubo gente que hipotecó su casa para invertir ese dinero en la Bolsa, con la esperanza de multiplicarlo. Metían ahí la colegiatura de sus hijos porque como todo subía, era “fácil” obtener rendimientos en pocos días.

Fue una burbuja enorme y cuando se rompió, la caída fue estrepitosa. Muchos lo perdieron todo, porque se asustaron, pero también porque necesitaban disponer de sus recursos (había que pagar la hipoteca, las colegiaturas de los niños). Tuvieron que vender sus acciones, en el peor momento.

Un año después, el mercado estaba totalmente recuperado. Así son los mercados financieros. La gente que invirtió con visión de largo plazo simplemente permaneció en el mercado, siguió aportando cada mes y comprando acciones a precios muy bajos que a la larga dieron una gran rentabilidad. Tuvieron paciencia. Por eso siempre digo que en inversiones, lo peor que uno puede hacer es perseguir rendimientos y olvidarse del riesgo. Al contrario: primero controlar el riesgo, luego buscar maximizar el rendimiento potencial, sin exceder ese nivel de riesgo.

contacto@planeatusfinanzas.com

Ejecutivo de alto nivel en seguros y reaseguro con visión estratégica de negocio, alta capacidad de liderazgo, negociación y gerencia. Además es columnista de Finanzas Personales en El Economista, Coach en Finanzas Personales y creador de la página planeatusfinanzas.com

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