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La importancia de un adecuado diálogo social para el crecimiento
“En un verdadero diálogo, ambas partes están dispuestas a cambiar”. Thich Nhat Hanh, monje budista y activista por la paz vietnamita.
Al interior de las sociedades se lleva a cabo de manera permanente lo que se ha denominado (particularmente entre organizaciones sindicales a nivel mundial), como diálogo social.
Este concepto hace referencia al proceso de negociación constante entre distintos actores de la sociedad, en la búsqueda de alcanzar acuerdos que permitan determinar la mejor orientación de la política pública y de los acuerdos económicos que beneficien el crecimiento y a la mayoría de la población.
De acuerdo con los promotores de este concepto, un adecuado nivel de diálogo social es fundamental para asegurar un mínimo de cohesión económica y social que posibilite una adecuada gobernanza, garantizando simultáneamente la creación de empleo, el establecimiento de condiciones de trabajo adecuadas y la visualización de elementos de orientación al crecimiento y la competitividad, que a su vez, contribuyan al crecimiento económico sostenible y al abatimiento de las condiciones extremas de inequidad.
De acuerdo con un estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el debate en tono a este concepto se agudizó a partir de la crisis financiera de 2008 y por lo menos algunos de los principios de esta visión, fueron reflejados en la agenda para el desarrollo sostenible de las Naciones Unidas del 2030.
En un estudio realizado por la propia OIT, se encontró que, en economías industrializadas, un adecuado nivel de dialogo social está fuertemente asociado con la estabilidad económica sostenida, con el crecimiento de los niveles de prosperidad para más grupos poblacionales y con una probabilidad mayor de éxito en los negocios, impulsados por factores de crecimiento económico y de incremento en la competitividad.
En México, la recuperación de la crisis del 2008 se dio en gran medida, sacrificando tanto niveles de salario como las condiciones laborales. Los empleos perdidos durante la crisis se recuperaron rápidamente, pero en niveles de ingreso inferiores a los de los niveles previos al 2008. Adicionalmente, sacrificó la recuperación del salario en aras del crecimiento y la recuperación de las empresas. Ello, evidentemente tuvo un efecto negativo adicional sobre la inequidad. Si bien es importante recordar que el factor histórico que en México ha contribuido a deteriorar el salario, es y ha sido invariablemente la inflación.
En términos generales, este concepto de diálogo social busca favorecer el establecimiento de acuerdos que impulsen el crecimiento económico, pero que arrastren efectivamente mejores condiciones de empleo para la mayoría de la población.
El citado estudio de la OIT apunta a que los requisitos fundamentales para el establecimiento del diálogo social es un entorno político estable (lo opuesto a un entorno polarizado), así como de organizaciones laborales autónomas, ajenas a agendas políticas generales. Este último factor en México está en un punto de coyuntura, ante las obligaciones laborales derivadas del nuevo tratado de Norteamérica, que hacen necesaria la revisión de contratos colectivos y a garantizar la democracia sindical en miles de sindicatos en el país.
De manera fundamental se requiere también un gobierno que entienda y privilegie el diálogo, como mecanismo de resolución de conflictos y que evite la polarización de los actores económicos, sociales y políticos en el país.
Los entornos polarizados, en contextos como los que hoy vive México, sólo garantizan un mayor deterioro, tanto de la capacidad de crecimiento, como de la capacidad para generar condiciones de vida más favorables para la población.
El autor es politólogo, mercadólogo, financiero, especialista en economía conductual y profesor de la Facultad de Economía de la UNAM. CEO de Fibra Educa y Presidente del Consejo para el Fomento del Ahorro Educativo de Mexicana de Becas. raul@martinezsolares.com.mx – síguelo en Twitter @martinezsolares