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La importancia de un plan financiero
El dinero es necesario porque es el mecanismo de pago aceptado para adquirir bienes y servicios que necesitamos.
El dinero es parte integrante de nuestra vida diaria. Todos los días tomamos decisiones financieras cuando lo usamos para comprar algo de comer, tomar un café o transportarnos. No pensamos mucho en ellas porque son de todos los días, es decir, cotidianas y las efectuamos casi de manera automática. El dinero también es necesario porque es el mecanismo de pago aceptado para adquirir los bienes y servicios que necesitamos, en sus diferentes formas: efectivo, cheque, tarjetas, entre otras.
Pero el dinero también es un recurso escaso: independientemente de nuestro nivel de ingresos no nos alcanza para comprar todo lo que queremos o deseamos. Por eso tenemos que aprender a manejarlo y administrarlo con cuidado, pero también a priorizar. Usar primero el dinero que ganamos en las cosas que son más importantes para nosotros y luego, para todo lo demás, hasta donde nos alcance.
Ahora bien, la falta de dinero es una fuente importante de estrés en nuestra vida. Si se nos acaba antes de terminar la quincena nos sentimos presionados. Si vivimos al día, también, porque sabemos que cualquier imprevisto nos puede causar un gran problema. Tener deudas y no poder pagarlas también es una gran causa de estrés, que afecta a otras áreas de nuestra vida, como la productividad en el trabajo.
Siempre he mencionado que el dinero nunca es un fin en sí mismo, sino un medio para alcanzar las cosas que más nos importan en la vida. En este sentido un plan financiero no es sino un reflejo de nuestro plan de vida. El dinero nada más nos ayuda a conseguir algunas de las cosas que más nos importan.
¿Qué es un plan financiero?
Cualquier plan es un conjunto de pasos para alcanzar una serie de objetivos. Es como un mapa que nos dice cómo llegar. Por eso es importante tener claro, primero, de dónde partimos (es decir, en qué situación estamos hoy) y luego, en dónde queremos estar en el futuro. ¿Qué queremos conseguir? Es importante tenerlo clarísimo.
Es claro que nadie se embarcaría en un bote, sin tener claro a dónde quiere ir. Pero también tiene que tomar en cuenta qué pasaría si hay una tormenta en el camino, incluso si ésta llega a causar daños. Siempre hay adversidades y la mejor forma de enfrentarlas es estar preparado.
Eso mismo es un plan financiero. Lo primero es conocer nuestra situación financiera actual y tener claros cuáles son nuestros objetivos de vida. De dónde partimos y hacia dónde queremos llegar. Como no podemos hacer todo al mismo tiempo (en un bote tampoco podemos ir a dos lugares a la vez), tenemos que decidir qué haremos primero y qué después. Es decir: priorizar.
Una vez que eso está claro, entonces podemos decidir qué vamos a hacer, cuál será la ruta que tomaremos para alcanzar esos objetivos, de acuerdo con nuestras prioridades. Hay muchos caminos y debemos buscar el que sea mejor para nosotros. Algunos prefieren una ruta más rápida pero más peligrosa; otros prefieren ir lento pero seguros.
Desde luego, habrá que tomar en cuenta, como ya mencionamos, qué hacer si se nos cruzan imprevistos en el camino. También cómo vamos a prepararnos ante adversidades, es decir, cuál será nuestra estrategia para manejar los distintos riesgos que enfrentaremos a lo largo de nuestra travesía.
Si no hacemos un plan financiero, si no tenemos claras cuáles son las cosas que más nos importan en la vida, estamos navegando sin rumbo ni dirección. Como un barco que va donde nos lleva la corriente. Tristemente, ésta es la situación de mucha gente, todos los días, y por eso, el dinero se les va como el agua. Si no tomamos control de nuestro dinero, éste nos controla a nosotros. Si no tenemos un plan, es difícil si no imposible, alcanzar el lugar donde queremos llegar.
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