La inversión social como eje rector de las estrategias de negocio

La evolución de la Responsabilidad Social Empresarial está dirigida hacia acciones mediante las cuales las organizaciones y las empresas buscan generar un impacto integral social positivo. Las compañías ya están viendo a la filantropía como un eje rector de sus estrategias de negocio. El impulsar iniciativas y acciones aisladas y desvinculadas al negocio ya no es suficiente ni tampoco es el camino correcto. Desde mi perspectiva, este tipo de estrategias no es sostenible ni escalable para generar un verdadero impacto. El concepto de inversión social se centra en generar un diferenciador clave en un mercado altamente competitivo tanto para las empresas como para las organizaciones sin fines de lucro. Las empresas que contemplan establecer una estrategia de inversión social sólida y efectiva ven beneficios reflejados en diferentes ámbitos, lo que les muestra a los consumidores una organización responsable, ética y preocupada por la comunidad, lo que se traduce en beneficios tangibles del negocio.

La inversión social se refleja en beneficios como incremento en ventas, fortalecimiento de su posicionamiento, impacto positivo en su imagen corporativa, la capacidad de atraer y retener talento, beneficios fiscales, reducción de la carga tributaria mejorando su situación financiera, además de que son empresas que se vuelven más atractivas para los inversionistas al presentar análisis financieros con una postura ética positiva.

De acuerdo con el Global Consumer Insights Survey 2021 de PWC, 34% de los encuestados espera que las empresas cumplan con su responsabilidad como actores de la sociedad. Desde mi posición en una organización no gubernamental, he observado cómo compañías han tenido éxito al utilizar la inversión social para devolver a sus comunidades y agradecer a sus clientes su lealtad, ya que este enfoque busca generar valor para las empresas, maximizar el retorno de su inversión y que los recursos e inversiones en estrategias socialmente responsables se operen transparentemente.

Sin duda, aunque las empresas ya están evolucionando su visión ante este tema, aún es necesario impulsar acciones para contribuir a evolucionar la filantropía hacia un concepto que englobe la transparencia, la trabajabilidad y la optimización de los recursos. Dado que la responsabilidad social en las empresas no es obligatoria, algunas empresas y sus líderes no sienten la necesidad de asumirla. Sin embargo, es importante que las empresas den prioridad a la inversión social como una nueva mirada dirigida a generar un impacto integral en los negocios, en la sociedad y en contribuir a crear un mundo mejor para las nuevas generaciones.

Antonio Gil, Gerente de Recaudación de Fondos de Be The Match® México