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Opinión

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La nostalgia por las reuniones

Mural dedicado a los hermanos Liam y Noel Gallagher de Oasis en Manchester. Foto: Reuters

Mural dedicado a los hermanos Liam y Noel Gallagher de Oasis en Manchester. Foto: Reuters

El anuncio de la reunión de Oasis fue la prueba de que hay una generación que está tratando de revivir el pasado del britpop y otros que buscan vivirla por primera vez. Los servicios de boletos colapsaron. Las parkas volvieron a salir y todo el mundo quiere regresar a los mágicos noventas para cantar “Wonderwall”.

El regreso de los hermanos Liam y Noel Gallagher ha despertado un renovado fervor por aquel fenómeno que se extendió del Reino Unido para el mundo durante la última década del siglo XX, en una explosión que incluyó cine, arte y evidentemente la música. 

Al momento no está confirmado si el resto de los miembros originales Paul “Bonehead” Arthurs, Paul “Guigsy” McGuigan y Tony McCarroll los acompañarán. Y poco importa, pues los que alimentan los titulares son los egos y las declaraciones de los hermanos Gallagher. 

Con sus primeros álbumes —Definitely Maybe y (What’s the Story) Morning Glory— Oasis se consagró como un favorito entre el público. Aunque compusieron lados B geniales, el resto de su obra terminó opacada por las peleas de los hermanos con discos menos interesantes y un sonido que siempre trató de copiar los discos de T. Rex, Slade y sus tíos de los setenta. Oasis se convirtió en otro cliché del rock. 

Aunque la reunión Oasis tiene a los fanáticos como quinceañeros extasiados, sus contemporáneos Blur, Manic Street Preachers, Suede, James y Pulp llevan años haciendo giras con sus alineaciones más o menos estables. Con la excepción de Pulp, todos han editado discos recientes para no quedarse tan anclados en el pasado. 

Del otro lado de la costa, Jane’s Addiction terminó abruptamente su reunión, luego de un altercado ocurrido sobre el escenario el fin de semana pasado entre el vocalista Perry Farrell y el guitarrista Dave Navarro. 

La banda angelina que surgió en la década de 1980 había anunciado este año una gira con el reencuentro de su alineación original: Farrell, Navarro, el bajista Eric Avery y el baterista Stephen Perkins

Jane’s Addiction sobrevivió su primera separación en los años noventa, después regresaron en el 2003 con Strays —más memorable por la canción “Just Because” por su inclusión como el tema de la serie Entourage que otra cosa— y otro álbum grabado en trío. Su gira del 2024, acompañada del sencillo “True Love” (publicado el 18 de septiembre), sería la primera con la alineación original en décadas. 

El altercado, que rápidamente se conoció en las redes sociales, despertó todo tipo de reacciones y acusaciones por ambos lados de la banda y culminó en un triste comunicado anunciando la cancelación del resto de la gira. Aunque Perry Farrell se convirtió en un icono cultural por ser el fundador y embajador del festival Lollapalooza, una reunión de Jane’s Addiction no va a traer un furor por el rock alternativo.

Existe una excepción. The Smiths es la única banda que no se reunirá en un futuro próximo. La marea de Oasis revivió aquella vieja cantaleta de querer reunir a Steven Patrick Morrissey, Johnny Marr, Mike Joyce y Andy Rourke. El vocalista Morrissey ha argumentado que ha tratado de ser eliminado del legado de la icónica banda de Manchester que redefinió la música pop británica en los ochenta. 

En medio de todo el ruido, el guitarrista Johnny Marr aclaró que él rechazó una reunión con su excompañero de banda Morrissey y actualmente es el propietario del registro del nombre de la banda, luego de que se intentó utilizar en 2018 por un tercero. 

Johnny Marr ha expresado que no tiene ningún interés de volverse a juntar con su excompañero de grupo y en donde también está la ausencia del bajista Andy Rourke, quien falleció en 2023. Morrissey ha logrado alejar a una parte de sus fanáticos con sus posturas y declaraciones polémicas. Marr no está interesado en revivir el pasado y sus colaboraciones se extienden por todo el espectro, de Hans Zimmer, The The a Modest Mouse

El rock y sus fanáticos están sumergidos en su propia nostalgia en busca de revivir las glorias del pasado y por eso parece que ha dejado de ser relevante entre los discursos musicales del momento. 

La nostalgia vende y todos la estamos comprando. 

antonio.becerril@eleconomista.mx 

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Coordinador de Operaciones Online. Periodista. Desde el 2019 escribe la columna semanal sobre música “Mixtape” en El Economista. Ha sido reportero de tecnología y negocios, startups, cultura pop, y coeditor del suplemento de The Washington Post y RIPE.

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