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Opinión

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La nueva normalidad: ¿Por qué nos sentimos más enfermos después del Covid-19?

Para Rubén Luengas.

No es una teoría de la conspiración. Al menos 13 enfermedades transmisibles están superando alarmantemente los niveles pre-pandemia. Cuando menos eso es lo que afirma un reciente análisis de Bloomberg y Airfinity, una empresa británica que se especializa en monitorear y predecir tendencias de salud pública. Para llegar a esta conclusión, el estudio recopiló datos de más de 60 organizaciones y agencias de salud pública.

Varias enfermedades transmisibles cómo el resfriado común, el sarampión o la tuberculosis, están superando niveles promedio en muchas regiones del mundo. Y a menudo por márgenes significativos. Según este estudio, más de 40 países están reportando brotes 10 veces más altos que niveles anteriores a la pandemia de COVID-19. Expertos plantean que estos aumentos pueden atribuirse a varias hipótesis.

Una primera conjetura descansa en el argumento del desplome de las tasas de vacunación. Cuando menos en los casos de sarampión, polio, tosferina y tuberculosis, que son enfermedades que se pueden prevenir con la inmunización, esta parece ser una explicación lógica y razonable para el aumento anormal de casos. Pero insuficiente para explicar el alarmante incremento del cuarenta por ciento en los casos de gripe o influenza, por ejemplo.

Una segunda hipótesis que se baraja consiste en que una vez levantadas las medidas contra el coronavirus, los virus y bacterias tienen más posibilidades de propagarse nueva e incrementalmente. El argumento central es que ya casi nadie usa mascarilla, mantiene la distancia o se lava las manos con tanta meticulosidad y frecuencia como lo hacía durante el pico del coronavirus. Sin embargo, esta teoría es bastante limitada para explicar cómo una bacteria carnívora se propaga a un ritmo récord en Japón, el cólera está proliferando peligrosamente en el sudeste asiático, o que en Australia un virus respiratorio que causa neumonía en bebés y niños pequeños se ha propagado a un nivel sin precedentes. También en Brasil, Argentina y Perú los hospitales están saturados de pacientes con dengue. En este último caso, algunos científicos han señalado al cambio climático como responsable de la crisis, una premisa que ha generado dudas y escepticismo.

Una tercera teoría se basa en que el coronavirus y sus efectos sobre nuestro sistema inmunológico son la causa de la repentina propagación de diversas enfermedades infecciosas. Para decirlo de manera coloquial: que el virus podría haber comprometido nuestro sistema inmunológico. Y por eso a las bacterias y los virus les resulta más fácil invadirnos e infectarnos. No obstante, esta última tesis para nada explica cómo Canadá, Japón, Singapur y Alemania, lugares elogiados por sus exitosos esfuerzos para contener el Covid, ahora están experimentando niveles inusuales de exceso de mortalidad. Así lo señaló Christopher Murray, director del Instituto de Medición y Evaluación de la Salud con sede en Washington. Por el contrario, otros lugares que no lograron controlar la propagación del Covid, como África, Bulgaria, Rumania y Rusia, ahora han vuelto a las tasas de mortalidad anteriores a la pandemia. ¿Cómo es esto posible? ¿Cuál es la lógica detrás del argumento?

El aumento sostenido de los niveles de mortalidad en muchos países está alimentando otras hipótesis alternas, quizás con menor aceptación en la comunidad científica: que los confinamientos durante la pandemia esencialmente mantuvieron vivas a algunas personas que podrían haber muerto en un ambiente normal con virus y bacterias en “libre circulación”, o que fueron las propias vacunas las que provocaron los efectos adversos en el sistema inmunológico de millones de personas.

Algunos especialistas en salud pública piensan que las distintas hipótesis-especialmente la relativa a la del sistema inmunológico comprometido por COVID, que es la más aceptada- podrían indudablemente explicar cierto resurgimiento de enfermedades reportadas después de la pandemia, pero no explican la amplitud del fenómeno que está experimentando el mundo. Lo que deja más preguntas que respuestas.

“El fenómeno del déficit inmunológico definitivamente ocurre, pero no creo que resulte en la propagación de enormes epidemias después de Covid”, apuntó Ben Cowling, catedrático de epidemiología de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Hong Kong.

Mientras la comunidad científica sigue buscando consenso para responder a estos y otros cuestionamientos, el virus de la gripe aviar H5N1 sigue extendiéndose. En los últimos meses, el virus ha infectado a un número creciente de mamíferos, incluido el ganado lechero en Estados Unidos. Varias personas ya se han contagiado, lo que aumenta el temor de un brote epidémico.

"Si el H5N1 se propaga de persona a persona, lo más probable es que el mundo vuelva a verse abrumado", sentenció Helen Clark, ex primera ministra de Nueva Zelanda y coautora del estudio. ¿Estaremos frente a una nueva y ominosa normalidad? Otra pregunta sin respuesta.

X: @EduardoTurrentM

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