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La posición estratégica de la economía mexicana
Las remesas son y van a continuar como un factor que apoye a la economía mexicana, especialmente en un contexto en el que los norteamericanos no están tomado los empleos existentes.
Vivimos la danza de los datos con respecto al pronóstico de la economía mexicana. Los números no fueron los mejores para el trimestre pasado, pero existen razones para el optimismo. De acuerdo con el análisis de Telekonomics, del economista Alexis Milo, un factor en ese sentido es que se espera que la economía de Estados Unidos mantenga su ritmo de crecimiento, incluso de sus importaciones, por lo que ese será un motor que se va a mantener especialmente para el sector industrial. En realidad la manufactura ya alcanzó los niveles anteriores al covid, aunque la industria automotriz sigue sufriendo problemas por la escasez de suministros. Las manufacturas van a recuperar dinamismo en la medida de que continua la regularización de los canales de los insumos.
Sin embargo, y ese me parece que es un punto importante en el análisis de Telekonomics, es que otros sectores, como el de la construcción, ya eran bajos antes del covid y pueden tener un repunte importante durante el año. Lo mismo sucede con los servicios, especialmente los que tienen que ver con la recreación, el turismo y la industria restaurantera, todavía falta mucho para que alcancen los niveles anteriores a la pandemia, y por tanto seguramente van a ser motores de crecimiento para la economía durante 2022.
La industria de la recreación, de acuerdo con el análisis citado, se encuentra al 86% de su capacidad pospandémica y la restaurantera al 79 por ciento. El empleo formal del sector servicios se encuentra por debajo de los niveles anteriores a la pandemia y se espera su recuperación. Las remesas son y van a continuar como un factor que apoye a la economía mexicana, especialmente en un contexto en el que los norteamericanos no están tomado los empleos existentes.
Ahora, un dato interesante del análisis de Alex Milo es que hacia finales del año pasado los turistas internacionales que llegaron a México apenas si fueron de 2.5 millones de personas, cuando en 2019 nos visitaron 4.5 millones. Esto significa que si se recupera ese nivel de turismo ingresarían al país alrededor de 1,000 millones de dólares adicionales. Por otro lado, si los servicios alcanzan los niveles de empleo en los servicios prepandemia, tendríamos, solamente por ese efecto, 600,000 puestos de trabajo formales más de los actuales.
Esto podría ocasionar que, tal y como sucedió a estas alturas del 2021, las expectativas de crecimiento de la economía mexicana sean mayores a la estimadas, por lo que el crecimiento económico de 2022 sea mayor al 3 por cieto.
Del lado de la inflación, las presiones son de corto plazo, pero no se espera que sea un problema de mediano plazo, con tasas de alrededor de 3.5% para 2023. El déficit público es moderado y México mantiene uno de los balances de deuda con relación al PIB más bajos del mundo, de alrededor de 50 por ciento. Después de la crisis del Covid-19, otros países de América Latina, como Argentina, Brasil y Colombia, alcanzaron relaciones deuda/PIB de 100, 90 y 70%, respectivamente, lo que va a complicar sus procesos de recuperación.
Existen varios factores de riesgo. Todavía habría que esperar el resultado del retiro paulatino del estimulo fiscal y del monetario estadunidense. Pero la buena posición fiscal mexicana va a ayudar a que la estabilidad cambiaria continúe aun cuando Estados Unidos normalice su política monetaria y ofrezca buenas condiciones para la recuperación.
Una buena estrategia de recuperación sería la de promover justo la rápida reactivación de los sectores de servicios, ya que es donde existen las mayores oportunidades de expansión en el corto plazo. Sería importante también trabajar en el sector de la manufactura, especialmente para ayudar a reconstruir, lo antes posible las cadenas de suministro.
Twitter: @vidallerenas