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Opinión

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La reforma energética: una reforma verde

Como era de esperarse, el reciente informe del Imco? ha causado mucha controversia sobre los viejos ?tabúes de una nacionalidad mal entendida.

Hace dos semanas el Instituto Mexicano Para La Competitividad (Imco) presentó su informe Nos cambiaron el mapa: México ante la revolución energética del siglo XXI , que expone cómo ante los nuevos cambios que vive América del Norte, México perderá competitividad de no hacer una reforma energética profunda.

Como era de esperarse, dicho informe ha causado mucha controversia sobre los viejos tabúes de una nacionalidad mal entendida. Sin embargo, lo que se ha discutido poco es cómo dicha reforma puede traer un crecimiento verde al país, debido a:

1. La nueva explotación de los hidrocarburos en el mundo implica necesariamente el uso de nuevas tecnologías más eficientes en el uso de energía y más limpias en cuanto a la quema y reinyección de gas. Dichas tecnologías no las tiene Pemex y no las puede comprar en el mercado, por lo que requiere de una reforma constitucional que le permita asociarse con empresas que las han desarrollado para utilizarlas. No usar dichas tecnologías, no sólo deja a México sin la oportunidad de aprovechar sus reservas de lutitas, sino a enfrentar en el futuro un costo de gas aún más alto al que actualmente paga (cinco veces el precio de referencia en Estados Unidos). Lo anterior hace nuestra transición al gas más lenta, una de las principales razones de la reducción de emisiones de EU en los últimos cinco años.

2. Las restricciones financieras que enfrenta Pemex no permiten que sus proyectos de eficiencia energética (como Cogeneración) compitan con los proyectos de extracción. Lo que explica los importantes rezagos en la eficiencia energética de sus complejos, en comparación con los estándares internacionales, especialmente en Cantarell.

Si bien existen controversias ambientales en cuanto a la posible contaminación de los mantos acuíferos por la explotación de lutitas, tras cinco años de estudios en esta materia, nadie ha demostrado dicho impacto. Por ello, California está en espera de dicho estudio para saber qué hacer con sus reservas. México, al igual que California, tendrá que tomar muy en serio la regulación en torno de la explotación de lutitas, sobre todo, por la escasez de agua en el país. Sin embargo, lo anterior no implica que abrir el sector energético a la Inversión Privada traería tecnologías más limpias y permitiría a Pemex mayor eficiencia energética en el corto plazo.

rgallegos@eleconomista.com.mx

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