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Opinión

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La relación del placer de comer con el bienestar: una encuesta mundial

Recientemente, una compañía de consultoría e investigación mundial publicó los resultados de una encuesta global acerca de la relación entre el bienestar y el placer de comer. Uno de los intereses mayores de los productores de alimentos, es saber cómo las complejas conductas alimentarias de los consumidores se formatean y se modifican a través de diferentes factores ambientales, sociales y culturales. Pero además de conocer estas variables, es de interés general para tomadores de decisiones el hecho de conocer cómo la forma de comer cotidianamente de las personas incide en su percepción de bienestar.

En otras palabras, ¿qué tan felices, satisfechos o contentos nos hace la comida que ingerimos cada día? ¿Qué tanto bienestar percibimos a través de lo que comemos diariamente? Evidentemente, la medición y satisfacción a través de la comida, es un factor subjetivo de apreciación. Y conocer estos elementos subjetivos nos acerca también a entender cómo pensamos y cómo nos comportamos con relación a la comida, más allá de variables medibles. Por ejemplo, uno de los grandes hallazgos de la encuesta global, fue que las personas se sienten más satisfechas cuando pueden elegir de una variedad de opciones de alimentos, y consumen las comidas que encuentran nutritivas y disfrutables. Las personas que no se sienten así sobre su comida, perciben un bienestar general menor, pero esto no significa que una gran mayoría tenga en cuenta estos aspectos a la hora de disfrutar la comida.

Como sucede con cualquier investigación, estos hallazgos nos llevan a más cuestionamientos sobre los que sería interesante profundizar. Por ejemplo, a través del hallazgo anterior en el que las personas perciben mayor bienestar, habría que cuestionar acerca de la noción de lo que consideran nutritivo, y de cómo esto se alinea o no, con los saberes médicos. Además, cómo el peso del valor de lo nutritivo puede caer en una categoría de moralidad, y, por lo tanto, de culpa o redención, al comer cierto tipo de alimento. Sin una dimensión generadora de culpa, es probable entonces que el bienestar percibido sea mayor. De cualquier manera, la encuesta aclara que aunque las personas no tengan una gran variedad de opciones de comida o las opciones no sean tan percibidas como nutritivas, la dimensión de disfrute de la comida está presente en una gran mayoría de personas.

Se encontró que Norte América y Latinoamérica son las regiones en las que las personas dicen disfrutar más su comida, y la región con menos disfrute a nivel global es la comprendida por África Subsahariana. Evidentemente, esto tendría que ver con el acceso y la disponibilidad de alimentos, pero también existen otros factores que hacen que las personas perciban el disfrute de alimentos en mayor o menor medida, que vale la pena investigar a profundidad, puesto que el disfrute de comida también tiene que ver con factores culturales y sociales, que no solamente incluyen al alimento strictu sensu.

Aunque las cuestiones de variedad de alimentos así como de su valor nutricional estaban como variables implícitas en la investigación, lo cierto es que la percepción subjetiva de bienestar relacionada con la alimentación cotidiana tiene una relación más compleja con otros factores como la cultura, la dimensión social e histórica de los alimentos que se están consumiendo y hasta la relación emocional de los consumidores con lo que están consumiendo, por más cotidiana que sea la ocasión de consumo.

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Columnista de alimentación y sociedad. Gastronauta, observadora y aficionada a la comida. Es investigadora en sociología de la alimentación, nutricionista. Es presidenta y fundadora de Funalid: Fundación para la Alimentación y el Desarrollo.

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