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Opinión

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La renovada debilidad del dólar

Desde hace cinco meses, el dólar estadounidense atraviesa un periodo de debilidad considerable contra la mayoría de las monedas a nivel global. Esto se da después de un fuerte repunte en el valor del dólar observado desde principios del 2018 y que se aceleró marcadamente en marzo de este año con la proliferación del coronavirus a nivel global. 

Este desempeño es visible en el índice que utiliza la Fed para medir el comportamiento relativo del dólar frente a una canasta de monedas de los principales socios comerciales de Estados Unidos, conocido como el Trade Weighted US Dollar Index Broad. 

El índice, que comenzó a computarse en el 2006 con un nivel inicial igual a 100 (una apreciación del dólar refleja un aumento en el valor del índice mientras que una depreciación implica una disminución en el valor del índice) pasó de un nivel cercano a 94 en enero del 2014 a un máximo histórico de 119 al cierre del 2016. 

Sin embargo, después de alcanzar ese máximo histórico, el índice presentó un retroceso durante los  13 meses siguientes, llegando a 107 en enero del 2018. No obstante, a partir de principios del 2018, el dólar comenzó una nueva tendencia de apreciación que llevó el índice a 116 al cierre del 2019. 

Esta tendencia se aceleró de manera considerable en marzo, llevando el índice a un nuevo máximo histórico de 126.5 el 23 de marzo de este año. Sin embargo, de entonces a la fecha el dólar se ha venido depreciando de manera considerable, con el índice llegando a 117 puntos, prácticamente igualando el nivel que tenía al cierre del 2019. 

Aunque hay varias razones detrás de la caída del dólar en los últimos cinco meses, existen dos que destacan. La primera y más importante tiene su origen en las decisiones de política monetaria de la Fed. 

Por un lado está la decisión de la Fed de bajar y mantener las tasas de interés de corto plazo en cero hasta que la inflación alcance o inclusive supere el objetivo de 2% establecido por la Fed, lo cual de acuerdo a las expectativas del mercado podría ocurrir hasta finales del 2022. 

Por otro lado, está la implementación de un programa recargado de inyecciones de liquidez que ahora es por monto ilimitado y que además contempla una gama ampliada de instrumentos financieros con el fin de proveer recursos a la economía americana. 

La segunda y no menos importante, es la fuerte disminución en los niveles de aversión al riesgo observados en los mercados globales en los últimos meses. 

Aunque esta disminución en la aversión al riesgo viene de la mano de las medidas implementadas por la Fed y otros bancos centrales que han inundado de liquidez a los mercados, también está fuertemente relacionada a la creciente percepción de que lo peor de la pandemia –en términos de muertes, saturación de capacidad hospitalaria y cierres forzados de actividades– ya pasó. 

Otro factor que ha contribuido fuertemente a la disminución a la aversión al riesgo es la expectativa de la aprobación de una vacuna a finales de este año que además estaría disponible en la segunda mitad del 2021. 

Aunque el dólar podría mantenerse débil si prevalece el clima de estabilidad en los mercados, hay monedas (principalmente de mercados emergentes, incluyendo al peso mexicano) que están lejos de recuperar el territorio perdido frente al dólar por diversas razones que abordaremos en otra edición de Sin Fronteras.

joaquinld@eleconomista.com.mx

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Joaquín López-Dóriga Ostolaza es Socio Director de EP Capital, S.C., una consultoría especializada en fusiones y adquisiciones fundada en 2009.

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