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Opinión

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La reversa del peso... Algunas ideas

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Tres factores son los sospechosos comunes que se señalan como culpables del episodio de volatilidad que vivieron los mercados antier y al final de la semana pasada.

Varias cosas han cambiado en el ambiente económico global en las últimas semanas que dibujan un escenario muy distinto al que se planteaba hasta hace poco para los siguientes meses y el año próximo. Dentro de ese nuevo escenario la fortaleza del peso parece cuestionarse.

Primero los tres factores: Uno, en los últimos días se dieron a conocer varios datos relativos al desempeño económico de Estados Unidos que describen que la desaceleración se intensifica. El índice de gerencia y abastecimiento ISM manufacturero registró un desplome a un nivel de 46.8 puntos, muy por debajo de los 48.8 puntos esperados y que describe un nivel de contracción de la actividad muy visible.

El dato de la nómina no agrícola norteamericana se dio a conocer el viernes pasado fue de 114,000 nuevos puestos laborales, mientras que las expectativas de los mercados financieros marcaban niveles de 175,000 nuevos puestos. La tasa de desempleo pegó un salto a 4.3% y los salarios subieron menos de lo esperado.

Dos, la Fed confirmó que existen menores presiones inflacionarias y consecuentemente aumentan las posibilidades de que disminuyan la tasa de referencia de un rango de 5.25-5.50% a un rango de 5.00-5.25% en la siguiente junta a llevarse a cabo en el mes de septiembre del año en curso.

En algún momento durante la efervescencia, los inversionistas llegaron a descontar a través de los futuros de la tasa de fondos federales que la Fed podría bajar hasta en 50 puntos base la tasa en su sesión de septiembre y anticiparon una baja pronunciada de las tasas hacia el primer semestre del año próximo. Con este ambiente, las tasas de interés de plazos largos en Estados Unidos presentaron una baja considerable.

Tres, el Banco de Japón (BoJ) subió su tasa de interés de referencia hasta 0.25% desde el rango del 0- 0.1%, su nivel más alto desde octubre del 2008. Además, anunció una reducción del 50% en su programa de compra de bonos, la cual iniciará en el primer trimestre del 2026. Una clara intervención directa para fortalecer al yen.

Lo anterior originó un movimiento de apreciación significativo del yen frente al dólar de Estados Unidos, así como el retroceso de operaciones de especulativas conocidas como “carry trade” (adquisición de deuda en yenes a una tasa muy baja e inversión en bonos emergentes o de Estados Unidos a una tasa mayor). Este factor sacudió fuertemente a los mercados cambiarios provocando una importante revaluación del yen, así como una apreciación del dólar contra la mayoría de sus contrapartes. Las monedas latinoamericanas en especial sufrieron con este movimiento de devaluaciones cuantiosas.

Varias veces le advertimos en este espacio que el principal detonador de un movimiento de alza en el tipo de cambio sería el retiro de las políticas monetarias restrictivas, principalmente en Estados Unidos. Asimismo, hemos hecho hincapié en que cualquier episodio de mayor volatilidad y de mayor aversión al riesgo en los mercados globales se refleja con fuerza en la cotización. No debería ser sorpresivo el movimiento actual bajo esas premisas.

Por ahora, los mercados se recuperaron el día de ayer. Creo que aún hay pocos argumentos que justifiquen una posible recesión en la economía de Estados Unidos durante los próximos meses. Si bien existe un debilitamiento del mercado laboral, en ningún momento esto sugiere una contracción del empleo.

Nuestro Departamento de Análisis de Invex mantiene la expectativa de que Estados Unidos evitará una recesión si varios indicadores (sobre todo de servicios, principal bastión del PIB) apuntan hacia un crecimiento moderado en los sectores más relevantes y si la Fed inicia un ciclo de bajas el próximo mes.

A pesar de la calma, el episodio negativo añade presión a las próximas decisiones de política monetaria de Banxico. El aumento del tipo de cambio, así como la posibilidad de mayor volatilidad en los mercados, justo antes de los meses complicados relacionados a la transición de gobierno, la incertidumbre sobre las finanzas públicas y las elecciones en Estados Unidos, seguirán reflejándose en una curva de tasas muy cautelosa y que no participará del todo del bajón que ven sus contrapartes en Estados Unidos.

Con el crecimiento económico débil y la influencia de las tasas de interés en Estados Unidos, la curva mexicana también mostró disminuciones considerables, pero el diferencial contra las tasas en Norteamérica sigue siendo elevado.

Nos parece que una vez que pase el episodio de volatilidad, y después del correspondiente ajuste de la sobrerreacción, el tipo de cambio peso-dólar buscará un nivel de estabilidad que deberá corresponder más a una situación de debilidad en el crecimiento, sin el beneficio estructural del “carry trade”, con una nueva administración con una carga de riesgos importante (finanzas públicas, reformas constitucionales, Pemex, etc.), posiblemente con Banxico bajando las tasas de interés y tal vez con Trump de nuevo como presidente en Estados Unidos.

El escenario es claramente distinto. Pienso que debemos de hablar de niveles de 19-20 pesos hacia el cierre del año. Suena más razonable.

*Rodolfo Campuzano Meza es director general de Invex Operadora de Sociedades de Inversión.

X: @invexbanco

perspectivas@invex.com

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