La simulación destruye la credibilidad

El viernes 16 de junio, la Comisión de Quejas del INE realizó el primer pronunciamiento sobre la legalidad del proceso interno de Morena para escoger al “Coordinador de la Defensa de la Transformación”. Todos sabemos que, en realidad, Morena está seleccionando a su candidato presidencial.

Quien resulte ganador será registrado como precandidato único y, más adelante, como candidato a la presidencia de la República de la coalición Morena, PT y Partido Verde. Con sólo cambiar de nombre a la candidatura presidencial por el de Coordinación de la Defensa de la Transformación, Morena puede adelantar seis meses su proceso interno, que de acuerdo con la ley debería iniciar la primera semana de noviembre.

Al pronunciarse sobre las medidas cautelares solicitadas en la denuncia de actos anticipados de precampaña, la Comisión de Quejas del INE reconoció tácitamente que nada podía hacer para detener la simulación. Ciertamente, ordenó a las corcholatas abstenerse de realizar actos prohibidos por la ley, como llamar al voto, declarar a favor o en contra de partidos, así como pedir apoyo para ser postulados como precandidatos.

Sin embargo, el proceso interno convocado por Morena sigue adelante. El acuerdo aprobado por su Consejo Nacional mantiene su validez jurídica. En los hechos, las corcholatas en nada han modificado sus campañas para conseguir la candidatura presidencial.

La alianza formada por PAN, PRI y PRD –Va por México– parecía estar pendiente de los parámetros fijados por la Comisión de Quejas del INE. Una semana después de que aprobara el acuerdo de medidas cautelares relacionado con el proceso interno de Morena, la alianza PAN, PRI y PRD anunció que conformaría el Frente Amplio Opositor, al mismo tiempo que dio a conocer el método de selección de su candidato presidencial.

El Frente Opositor decidió seguir la misma estrategia de simulación que hasta ahora le ha funcionado a Morena ante las autoridades electorales. Armó un proceso interno para elegir al “Responsable Nacional para la Construcción del Frente Amplio Opositor”, que en los hechos será su candidato presidencial. Cuando llegue el momento lo registrará primero como precandidato único y luego como candidato presidencial, cuando inicie el periodo de campañas. 

El proceso interno del Frente Opositor iniciará el 26 de junio y tiene previsto concluir el 3 de septiembre. Busca la presentación de su candidato presidencial unos días antes que Morena, que está programada para el 6 de septiembre. 

El Frente Opositor acordó un proceso de selección que comprende varias etapas, que funcionan como filtros. A diferencia de Morena, que limitó el registro a seis corcholatas previamente seleccionadas por el presidente López Obrador, el Frente lanzó una convocatoria abierta. El primer filtro será la recolección de 150,000 firmas de apoyo. Quienes cumplan con este requisito podrán participar en el Foro sobre las Visiones de México, una especie de debate entre aspirantes.

El siguiente filtro es una encuesta. Los tres que tengan las mejores evaluaciones participarán en los foros temáticos; más debates, que se celebrarán en diferentes regiones del país. Finalmente, mediante una segunda encuesta y una consulta directa a simpatizantes y militantes, que tendrá un valor de 50% cada una, se definirá al ganador.

Los partidos políticos se especializan en construir reglas informales para darle la vuelta a la ley, según su propia conveniencia. Morena y sus aliados, así como los integrantes del Frente Opositor –PAN, PRI y PRD– han encontrado en la simulación una forma de evadir la prohibición legal a los actos anticipados de campaña y adelantar el proceso interno de selección de sus candidatos presidenciales.

Pero tolerar la simulación puede destruir la credibilidad de las autoridades electorales. Significa que se niegan a ver lo que para todo mundo es evidente.

*Profesor del CIDE.

Twitter: @BenitoNacif