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La sostenibilidad externa de Estados Unidos está en riesgo
A pesar de tener un déficit de cuenta corriente durante décadas, los ingresos de inversión de Estados Unidos se han mantenido positivos, lo que significa que el servicio de la deuda nunca fue un problema para su gobierno. Pero, en medio de las tensiones geopolíticas y el endurecimiento monetario, la sostenibilidad externa estadounidense no es una conclusión inevitable.
BEIJING – En 2004, todo el mundo empezó a hablar de desequilibrios mundiales. Con el déficit de cuenta corriente de Estados Unidos en un alarmante 5.3% del PIB, se temía que la relación entre su deuda externa neta y su PIB aumentara hasta el punto de que los inversionistas extranjeros exigieran una prima de riesgo más alta sobre los activos denominados en dólares.
El espectro de una “parada repentina”, una caída del dólar y una crisis de pago internacional parecía estar acechando a la economía mundial. Nada de esto ha sucedido.
En cambio, el déficit de cuenta corriente de Estados Unidos se redujo, con un promedio de 2.7% entre el 2009 y el 2021. Más impresionante aún, sus ingresos por inversiones se mantuvieron positivos, a pesar de su enorme deuda neta, lo que significa que el servicio de la deuda nunca fue un problema para el gobierno de Estados Unidos. Y, sin embargo, la sostenibilidad externa de esa economía no es una conclusión inevitable.
El déficit de cuenta corriente de Estados Unidos ha crecido significativamente desde 2020, alcanzando el 3.6 % del PIB el año pasado, su nivel más alto desde el 2008. Al mismo tiempo, su deuda externa neta alcanzó la asombrosa cifra de 18 billones de dólares, o el 78% del PIB. Y el rápido aumento de la inflación ha llevado a la Reserva Federal de EU a comenzar a aumentar las tasas de interés y reducir sus tenencias de valores del Tesoro, medidas que probablemente impedirán el crecimiento y aumentarán los costos de endeudamiento del gobierno.
Si la carga de la deuda externa neta de Estados Unidos crece demasiado, la renovación de sus pasivos será cada vez más difícil. Los inversionistas extranjeros podrían sospechar que Estados Unidos optará por inflar sus deudas y comenzar a exigir una tasa de interés más alta sobre los activos financieros denominados en dólares, o incluso dejar de comprarlos por completo. En otras palabras, si Estados Unidos no logra estabilizar su posición de deuda externa en un nivel razonable, volverá la cuestión de la sostenibilidad externa.
¿A cuánto peligro se enfrentan Estados Unidos y la economía mundial? Para responder a esa pregunta, debemos considerar las cuatro variables de las que depende la sostenibilidad externa: la brecha entre el ahorro privado y la inversión privada, el tamaño del déficit presupuestario, los niveles de ingresos de inversión y la tasa de crecimiento del PIB.
A partir de la década de 1950, el ahorro y la inversión privados estaban relativamente equilibrados en Estados Unidos. Eso cambió después de la crisis de las hipotecas subprime del 2008, con actores privados ahorrando más de lo que invirtieron, una diferencia promedio de alrededor de 1 billón de dólares por año, desde el 2009 hasta el 2020.
Este “exceso de ahorros” es en gran medida el resultado del rápido crecimiento de la desigualdad de ingresos y riqueza. Cuando el masivo programa de flexibilización cuantitativa posterior a la crisis de la Fed hizo subir los precios de los activos, los ricos (las personas que poseen acciones y propiedades) cosecharon las recompensas. Este grupo tiene una propensión a ahorrar mucho mayor que los hogares de menores ingresos.
El exceso de ahorro podría estar listo para disminuir. En el primer trimestre del 2022, el ahorro privado bruto y la inversión interna privada bruta de Estados Unidos aumentaron 7.2 puntos porcentuales y 25 puntos porcentuales, respectivamente, en comparación con el mismo trimestre del 2020, lo que significa que la brecha entre el ahorro y la inversión se ha reducido. En un plazo relativamente cercano, el ahorro podría seguir cayendo hasta el punto de superar la inversión en menos del 2% del PIB.
El déficit presupuestario de Estados Unidos, por el contrario, seguirá creciendo. Según la Oficina de Presupuesto del Congreso, la relación déficit-PIB promedió un 3.5 % anual durante los últimos 50 años, pero un 5.7 % entre el 2009 y el 2019. Aunque debería situarse en un 3.9 % este año, según la CBO, está en camino para llegar al 6.1% en 2032. Por lo tanto, es seguro asumir que el déficit presupuestario de Estados Unidos promediará el 5% del PIB anual durante la próxima década.
También en lo que respecta a los ingresos por inversiones, Estados Unidos podría estar en un camino menos favorable. Hasta ahora, los ingresos por inversiones siempre han sido positivos, a pesar del estatus de Estados Unidos como el país deudor más grande del mundo (por mucho). Esto refleja varios factores, especialmente los altos rendimientos obtenidos de la inversión extranjera directa en el exterior (en el lado del activo de la posición de inversión internacional) y las grandes cantidades de inversión extranjera de bajo costo en bonos y bonos del Tesoro de EU (en el lado del pasivo).
Según su historial anterior, se puede suponer que los ingresos por inversiones de Estados Unidos representan alrededor del 1% del PIB. Pero, en los últimos meses, esa economía ha causado un daño significativo a su propia credibilidad financiera. Esto probablemente contribuirá a una disminución en los ingresos por inversiones de Estados Unidos.
Finalmente, está el crecimiento económico, otra área en la que Estados Unidos podría tener problemas en el futuro cercano. Se puede suponer que el crecimiento anual de Estados Unidos promediará alrededor del 2% durante la próxima década. Junto con los otros supuestos enumerados anteriormente, eso significaría que la carga de la deuda externa de Estados Unidos bien podría alcanzar el 100% del PIB en los próximos años.
La geopolítica podría agravar los desafíos que se avecinan. Estados Unidos ha evitado una crisis de la balanza de pagos y del dólar en el pasado en gran medida porque los bancos centrales asiáticos y los países exportadores de petróleo han comprado incansablemente bonos del gobierno y letras del Tesoro de Estados Unidos. Pero en medio de las crecientes tensiones geopolíticas, estos compradores podrían decidir, o verse obligados, a reconsiderar sus compras.
Es en este contexto que la Fed está persiguiendo subidas de tipos de interés bastante agresivas y ajustes cuantitativos. Pero el aumento de la demanda de capital extranjero para financiar el déficit comercial, junto con una mayor reticencia de los inversores extranjeros a comprar bonos del gobierno y bonos del Tesoro de EU, podría poner a Estados Unidos en un dilema. Puede contener la inflación o mantener la sostenibilidad externa, pero no ambas cosas, a menos que, tal vez, el crecimiento del PIB de EU se desacelere significativamente.
El autor
Ex presidente de la Sociedad China de Economía Mundial y director del Instituto de Economía y Política Mundiales de la Academia China de Ciencias Sociales, formó parte del Comité de Política Monetaria del Banco Popular de China de 2004 a 2006.
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