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¿La tauromaquia es arte y cultura?
Próximamente la segunda sala de la Suprema Corte de Justicia discutirá un proyecto para invalidar un decreto emitido por Nayarit en 2019 que declara que la fiesta taurina es un patrimonio cultural inmaterial de dicho estado. El decreto fue impugnado por una asociación civil, argumentando que el maltrato y el hecho de que un espectáculo cuya finalidad es matar un ser vivo con saña y desventaja, no es compatible con ser un bien cultural.
Si el dictamen que elaboró el ministro Pérez Dayán es aprobado, ello no significaría que se prohibirían las corridas de toros en todo el país. Sólo implicaría que éstas no podrían ser consideradas como patrimonio cultural en Nayarit. Pero la sentencia representaría un importante precedente para impugnaciones similares en otros estados, ya que es facultad de los congresos estatales regular esa actividad. Seguramente se podría avanzar hacia la prohibición absoluta de la fiesta brava en todo el país.
Tengo muchos amigos aficionados a la tauromaquia con quienes a lo largo de los años he discutido sobre el tema. Desde luego nunca nos hemos podido poner de acuerdo. Los pros y los contras son ferozmente defendidos. Pongo a consideración del lector(a) algunos de los argumentos.
Es un espectáculo donde un animal es torturado y asesinado. El papel de los picadores a caballo es abusar todavía más del animal al provocarlo y hacerlo entrar en rabia para que sea más bravo. Ni duda que las estocadas son tortura. Dicen los taurómacos que el toro “no siente” porque no tiene conciencia de la muerte. Esto es falso, todo ser vivo siente dolor al ser agredido. Además, el animal muere vitoreado por los miles de asistentes, en una expresión de sadismo colectivo. En el clímax del primitivismo, cortar rabo y oreja es un trofeo de gran reconocimiento.
¿La faena taurina es un arte, cultura y tradición? Es un espectáculo cruel donde corre sangre, lo que difícilmente puede ser aceptado como una expresión artística. Que los trajes de los toreros lo sean es otro asunto y que famosos artistas y pintores sean aficionados a la fiesta brava no valida que sea un espectáculo humanamente digno.
Los defensores dicen que los toros de lidia son criados con los mejores cuidados y con calidad de vida. Prohibir las corridas, dicen, haría desaparecer a esa especie. Sostienen que cerrar las ganaderías de lidia, generaría desempleo con una afectación a una industria que produce fuertes ganancias económicas e impuestos. Ese es en realidad el mayor interés en mantenerlas: los intereses económicos de los ganaderos, dueños de plaza y manejadores de toreros. Los empresarios taurinos representan un grupo poderoso de poder económico.
El debate seguirá, pero es de llamar la atención que las corridas taurinas sólo son legales en ocho países del mundo. Cultura y arte son la ópera, la danza, la pintura, pero no un espectáculo cruel donde se asesina a un animal con tortura y sin darle posibilidades de defenderse. Cuando se prohíban totalmente las corridas, sus aficionados tendrán que buscar otras formas de diversión con mayor civilidad, dignidad y respeto hacia la vida, aunque ésta sea animal.
Twitter: @frubli