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Las elecciones presidenciales del 2024
Aun cuando muchos dicen que no es de preocupar la popularidad de más de 60% que tiene López Obrador, ya que así estaban Fox y Calderón a estas alturas del sexenio, yo pienso que no es igual, la crisis que ha vivido el país en estos últimos 20 meses por la pandemia, no sólo no le ha afectado, sino lo ha fortalecido.
Más allá de la popularidad del presidente, las cosas no pintan muy bien para los partidos de oposición y salvo algún milagro, no va a ser fácil derrotar a Morena y su candidato o candidata. De hecho, para que pueda ganar la oposición, se va a requerir, por un lado, un milagro y por el otro un choque de trenes.
Sobre el primero, las cosas no se ven sencillas, dudo mucho que el PAN acepte un candidato del PRI o éste uno del PAN. Si bien sería bueno ganar la presidencia, no creo que para el PRI esa sea su prioridad, debe preocuparles más su recuperación política como partido y su presencia en las cámaras, que la misma Presidencia si el candidato es de otro partido.
Se habla que lo conveniente sería un candidato externo o sea algún ciudadano, pero también esto es poco probable, porque no es posible sacarse de la manga un candidato ganador que no dé la cara con mucha anticipación. Por otro lado, MC ya decidió que va solo en la elección con lo que la unidad de toda la oposición se ve muy difícil.
Veo mucho más probable un choque de trenes en Morena. Hasta ahora hay tres candidatos que han manifestado abiertamente sus intenciones de encabezar a Morena, Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal, aunque este último, más por decisión propia que por intención de López Obrador.
Si la decisión presidencial recae en Claudia, no va a ser fácil que Marcelo renuncie una vez más a la candidatura, por lo que es probable que decida correr por otro partido. Igual pasará con Monreal, que ya fue desplazado una vez de la candidatura del gobierno de la ciudad y que ha manifestado abiertamente que él va a estar en las boletas, aunque no sea por Morena. La que probablemente aceptaría por disciplina quedar fuera es Claudia, pero para López Obrador es la única que le garantiza lealtad y seguir con su proyecto de la 4T.
La pandemia “le cayó como anillo al dedo” a López Obrador y no creo que en los próximos años se vaya a debilitar, lo peor de la crisis ya pasó y en lo que resta del sexenio la economía y el empleo van a crecer y la gente percibirá una mejoría en su calidad de vida.
Ante este escenario, lo único que queda por ahora es aprovechar todos los espacios, incluyendo la consulta sobre revocación, para abrirle los ojos a la gente sobre lo mal que lo ha hecho López Obrador y de su fracaso económico y en seguridad y tener una propuesta que convenza a la gente de la necesidad de un nuevo cambio. Si no lo logramos, va a ser difícil ganarle a Morena, aunque se den el milagro y el choque de trenes.