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Opinión

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Las próximas elecciones europeas y el futuro de su integración

La Unión Europea, como proyecto integracionista, es la institución política, legal, económica y social más sofisticada que se ha construido. Desde la antigüedad, la influencia de Europa se extendió al mundo a través del lenguaje, la cultura y las artes. Y aunque un análisis más profundo también abordaría los claroscuros de la huella europea en el mundo, es posible aseverar que el gran legado de Europa a la humanidad, es el diseño de un sistema político que permite a los ciudadanos ser parte del proceso de toma de decisiones para la construcción de su futuro.

Fácil decirlo, pero el camino hacia este ideal está pavimentado por siglos de guerra y destrucción. De ahí que, el nacimiento de la Unión Europea, sea un legado civilizatorio por su inherente virtud como proyecto de paz. Pero la paz cuesta. Y hoy, Europa atraviesa una crisis estructural que le impide alcanzar niveles de crecimiento económico indispensables para financiar su estado de bienestar.

Existen dos factores que explican la menguada competitividad de la Unión Europea. En primer lugar, pareciera olvidarse que de los 27 Estados Miembros que la conforman, solo tres, Alemania, Francia e Italia, son parte de las 20 economías más grandes. La gran mayoría son economías medias y emergentes, que gracias al paraguas institucional del mercado común europeo se han beneficiado de las ventajas que brinda la comunidad. En 2023, la economía alemana cayó un 0.5%, la de Italia creció un minúsculo 0.7% y la de Francia 1%. El motor alemán como fuente de crecimiento es insustituible.

La segunda explicación (un tanto paradójica) sobre la creciente insularidad de la Unión Europea se explica por su Mercado Común. Pues, a medida que nuevos países se adhieran y se busque profundizar aún más la integración, menos incentivos habrá para comerciar con el mundo externo. De acuerdo a un estudio de ECIPE, en la última década, el comercio de bienes y servicios entre Estados Miembros creció en un 30%. Por el contrario, durante el mismo periodo, el crecimiento del comercio extra-europeo creció poco menos del 6%.

Si bien hay logros recientes en la política comercial internacional, como los acuerdos de la Unión Europea con Nueva Zelanda, América Central y la modernización del acuerdo con Chile, también hay grandes decepciones. Por ejemplo, la ruptura en las negociaciones con Australia y la falta de ratificación del Acuerdo Global modernizado con México (aunque gran parte la responsabilidad recae en el cambio de la política energética en México). Pero, indudablemente, el fracaso del siglo, es la fallida ratificación del acuerdo con el Mercosur. Pareciera ser que, después de más de veinte años de negociaciones, los únicos entregables serán el acuerdo de cooperación ambiental entre Francia y Bray y la controversial sesión fotográfica en medio de la amazonia entre Lula y Macron.

En este contexto se enmarcan las próximas elecciones del 9 de junio del Parlamento Europeo, donde se elegirá por sufragio directo a 720 eurodiputados por un periodo de cinco años. Y desde el tratado de Lisboa, el Parlamento tiene facultades para legislar sobre la política comercial. Es decir, los millones de ciudadanos que participan en las elecciones parlamentarias tienen voz y voto para influir en el diseño de políticas y legislaciones que impactan directamente en su calidad de vida y un claro ejemplo es la política comercial.

Con certeza, el mayor reto que enfrenta la democracia europea son los populismos modernos y su deriva autoritaria, que engullen como presa fácil a quienes votan con el estómago. Dejarse hechizar por el canto de las sirenas, que incita a elegir a quienes buscan erigir barreras a los bienes, servicios, personas e ideas, es sucumbir ante la pulsión iliberal. En el poema de Homero, la astucia y el heroísmo de Ulises lo salvaron de la autodestrucción. Si el proyecto de paz europeísta se basa en la integración entre disímiles y la unión en la diversidad, quizá, el heroísmo de nuestros tiempos se vea reflejado en que cada ciudadano europeo salga a votar asumiendo esta epopéyica responsabilidad.

X: @renata_zilli

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