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Opinión

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Las vacas y la 4T

Más que conocido es ese ejercicio que pretende explicar/satirizar los distintos sistemas económicos a través de las vacas:

En el comunismo, tienes dos vacas, el estado se las lleva y te da algo de leche. En el socialismo tienes dos vacas, le das una a tu vecino. En el fascismo tienes dos vacas, el estado se las lleva y te vende algo de leche. En el capitalismo tienes dos vacas, vendes una y compras un toro. Se reproducen, las vendes y te quedas con el beneficio. Esta última sería la ideal, salvo si consideramos que en México, la mitad de la población no tiene vaca alguna. Y justo, esa inmensa desigualdad es la que permite tejer desde el poder político el engaño de que todo está mal, y que cualquier solución, por sólo ser distinta, es la correcta.

El sistema de la 4T, explicado con vacas

Si no tienes una vaca, el gobierno te dará la leche. Sólo la cantidad suficiente para que puedas tomarla, no para que puedas pensar en producir quesos, venderlos y quizá después comprar tu propia vaca. Como son muchas las personas que necesitan leche, se implementarán medidas de austeridad, entre las que están, ahorrar en alimento para vacas. (Ya saben, no puede haber vacas bien alimentadas, cuando el pueblo muere de hambre.) Si bien el gobierno podría comprar la leche en otros países con sistemas más grandes y más eficientes de ordeña, lo que implicaría comprar leche más barata, no lo hará. La soberanía como base ideológica, sólo contempla la leche producida por vacas mexicanas, poco importa si es más cara, de mala calidad o su producción tiene altísimos costos para el medio ambiente.

A cargo del sistema de producción y repartición de leche, el gobierno elegirá a una persona sin conocimientos y experiencia, teniendo como única cualidad, la fe en que esa persona jamás se robará ni un vaso de leche. Aunque como mecanismo que permita medir es única cualidad, se tiene sólo la palabra y fe de quien le puso a cargo.

Mientras tanto, se promoverá el discurso de que tener vacas es malo, que no es necesario tener una, mucho menos dos. Que lo más importante, es la felicidad, y que, con un poco de leche, alcanzaremos el bienestar moral y espiritual.

Lo más probable es que bajo este sistema cada vez se necesite de más leche para repartir, aunque el gobierno tenga siempre las mismas vacas mal alimentadas, sin embargo, es a prueba de fallas. Cuenta con un inmenso mecanismo de propaganda que incluye más de tres horas diarias en televisión, en las que se explica con datos y verdades a medias, las bondades de este sistema. Y porque cuando algo salga mal, se podrá culpar a las mismas vacas, que nacieron en periodos anteriores, vacas del periodo neoliberal.

pamcerdeira@icloud.com

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