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Lo que la ciencia y la tecnología aporta a un país
Cuando era niña me iba muy mal en la escuela, mis cuadernos estaban llenos de sellos de pericos con la leyenda: Platica mucho en clase. Cada mes junto con mis malas calificaciones se adjuntaban reportes de mi bajo desempeño. Mi mamá todos los meses sin excepción me regañaba, pero a partir de que entré a la preparatoria eso cambió y ahora entiendo que el nivel educativo hace que la población tenga una mejor calidad de vida.
El programa Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación representa 1.3 por ciento de todo el gasto del país, esto es el 0.03 por ciento del PIB. Suiza y Suecia son los países que más invierten en tecnología.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) invertir en ciencia, tecnología e innovación es fundamental para el desarrollo económico y el progreso social. La investigación que se hace en el campo de las tecnologías verdes contribuye al progreso económico y social, y al mismo tiempo, respeta el medio ambiente y construye sociedades más ecológicas e inclusivas.
En el mundo contemporáneo, la ciencia y la tecnología son fundamentales para el desarrollo y el progreso de cualquier nación. No se trata solo de avances técnicos o descubrimientos científicos; el impacto de estas áreas permea todos los aspectos de la sociedad, desde la economía hasta la educación, la salud y el bienestar social. En este contexto, es esencial reflexionar sobre lo que la ciencia y la tecnología aportan a un país y cómo pueden ser motores de cambio y prosperidad.
La innovación tecnológica y los descubrimientos científicos crean nuevas industrias y transforman las existentes. La capacidad de un país para competir en la economía global depende en gran medida de su capacidad para innovar. Por ejemplo, países como Estados Unidos, Alemania y Japón han logrado mantener economías robustas gracias a su inversión sostenida en investigación y desarrollo (I+D). Estas inversiones generan empleos, fomentan la competitividad y atraen inversiones extranjeras.
En el ámbito de la salud, los avances médicos han aumentado la esperanza de vida y reducido la mortalidad infantil. Las vacunas, los tratamientos para enfermedades crónicas y las técnicas quirúrgicas avanzadas son solo algunos ejemplos de cómo la ciencia médica transforma vidas. Además, la tecnología ha revolucionado la forma en que vivimos, desde la comunicación hasta el transporte y la energía. La digitalización ha permitido un acceso sin precedentes a la información y ha facilitado la vida diaria de millones de personas.
Las herramientas educativas digitales, como las plataformas de aprendizaje en línea, han democratizado el acceso a la educación de calidad, permitiendo que personas de todas las edades y lugares geográficos adquieran conocimientos y habilidades. Además, la investigación científica en pedagogía y psicología educativa ha proporcionado nuevas estrategias para enseñar de manera más efectiva, adaptándose a las necesidades individuales de los estudiantes.
Las tecnologías verdes, como las energías renovables, la gestión sostenible de recursos y las innovaciones en reciclaje y reducción de residuos, son vitales para enfrentar los desafíos ambientales. Los avances en este campo no solo ayudan a proteger el medio ambiente, sino que también crean nuevas oportunidades económicas y mejoran la calidad de vida al garantizar un entorno más saludable.
La innovación en tecnologías de defensa, ciberseguridad e inteligencia artificial, proporciona a los países las herramientas necesarias para protegerse contra amenazas internas y externas. Además, la tecnología avanzada en áreas como la comunicación y la vigilancia permite una respuesta más rápida y efectiva ante emergencias y desastres naturales.
Los ecosistemas de startups y la transferencia de tecnología desde las universidades y centros de investigación a la industria son esenciales para el crecimiento económico. Países como Israel y Corea del Sur han demostrado que una inversión estratégica en I+D puede transformar a una nación en un líder tecnológico global. Estos ecosistemas no solo generan riqueza, sino que también promueven un espíritu de creatividad y solución de problemas que es esencial para el progreso social.
La ciencia y la tecnología no son solo herramientas de progreso; son los cimientos sobre los cuales se construye el futuro de un país. Invertir en estas áreas es invertir en el bienestar, la prosperidad y la sostenibilidad de la nación. Los gobiernos, las instituciones educativas y el sector privado deben colaborar para fomentar la investigación y el desarrollo, asegurando que los beneficios de la ciencia y la tecnología lleguen a todos los rincones de la sociedad. Solo así se podrá garantizar un futuro donde el progreso y la innovación estén al servicio de todos los ciudadanos, creando un mundo más justo, equitativo y próspero.
*La autora es académica de la Escuela de Comunicación de la Universidad Panamericana.
X: @Ivett5151