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Los Estados Desunidos de Norteamérica
La semana pasada fue una de las semanas políticas más locas que recuerdo en Estados Unidos. En Washington vimos algo inusitado. Hablando en forma figurativa, los demócratas se pusieron gasolina en el pelo y le prendieron fuego, y desde entonces han tratado de apagarlo dándose de martillazos en la cabeza.
¿De que otro modo puede usted describir la insistencia para quitar al presidente Joe Biden como su candidato presidencial? Pobre presidente… con esos amigos...
El sábado este drama se calmó y para calmarme yo también me pasé el día con Marta mi esposa en la piscina. Por la tarde nos juntamos con amigos, y fuimos a cenar a un sitio informal pero muy divertido. Nos acabábamos de sentar, cuando en uno de los televisores vi a Donald Trump llevándose la mano al oído al tiempo que se tiraba al piso.
Me dije a mi mismo… “Le dispararon a Trump”. Volteé a ver a Marta y le dije… “le dispararon a Trump” -ella volteo a ver las imágenes de las pantallas en el sitio, algunas tenían golf o fútbol, y solo una el rally político de Trump, pero todas estaban en silencio.
Fue entonces que las imágenes cambiaron y vimos a varios agentes del servicio secreto tirándose encima del expresidente. Marta se levantó y anunció en voz alta en la mesa… “¡Le dispararon a Trump!” Nuestros amigos nos vieron y se rieron… y nadie más en el restaurante reaccionó. Me voy al coche, le dije a mi esposa… voy a ver que ocurrió. Mis amigos con la espalda a las pantallas no entendían de que hablábamos. Camino al auto, mi celular empezó a sonar… usted ya conoce el resto de la historia.
Hoy a la distancia, este atentado contra la vida del expresidente parece una enorme arruga que amenaza con dividir a Estados Unidos aún más.
En las horas que siguieron al atentado, Chris LaCivita, uno de los asesores de Donald Jr., escribió: “ya trataron de sacar a Trump de las boletas de votación, ya trataron de destruirlo con juicio legales en su contra, y ahora esto”.
El atentado en Pensilvania fue contra Donald Trump y contra su movimiento
Este movimiento de Trump ha servido para demostrar lo profundo de las divisiones que existen en todos los aspectos de la vida estadounidense. Las diferencias y las divisiones son sobre todo en lo básico, la educación, la economía, el acceso a los cuidados de salud, la raza y las etnias.
Trump se convirtió en un símbolo. El propone un país con valores que ya no son los valores generalizados de toda la gente.
La división en los estadounidenses ha causado que la gente tenga hoy cuidado de lo que dice, porque nunca se sabe quién se va a ofender entre sus amigos, sus colegas en el trabajo, o incluso en su familia. Tener líneas ideológicas, culturales y hasta partidistas y políticas distintas era normal. Hoy es motivo de división.
Por eso Estados Unidos está dividido casi exactamente por la mitad.
Más que en cualquier otro momento histórico, la unión -que para los estadounidenses ha sido tan importante que la pusieron en el nombre del país-, hoy ha dejado de funcionar. Los estadounidenses que han avanzado a tener una identidad colectiva con metas y ambiciones similares están dejando de existir. En su lugar está quedando una sociedad resentida, en la que sus miembros se perciben a sí mismos en lados opuestos de un muro que los divide a la mitad, por razones de odio.
El atentado contra la vida de Donald Trump hace que mucha gente especule que ese será un elemento difícil de superar, y piensan que ya ni vale la pena tener una elección… “Trump -dicen- va a vencer a Biden sin siquiera esforzarse”.
Yo estoy en total desacuerdo. En primer lugar, estamos apenas a mitad de julio. La elección será el 5 de noviembre. No creo que habrá un cambio dramático entre los votantes indecisos -cuyas preferencias serán importantes en los estados que determinan las elecciones. Estados Unidos nunca ha sido un país sentimental. Trump no se convertirá en mártir solo porque alguien lo quiso matar y falló.
La situación no está fácil para los demócratas, pero no porque Trump se convierta en caudillo nacional, sino porque ellos mismos han disminuido la imagen de su líder, y en lugar de apoyarlo para que gane lo están hundiendo más, exigiendo que se haga a un lado y deje el sitio de la candidatura presidencial para alguien más.
Y, por si fuera poco, muchos de ellos ven las encuestas que señalan a la vicepresidenta Kamala Harris como alguien que puede vencer a Trump. En lugar de apoyarla y empujarla a la victoria, quieren ponerla a competir contra otros demócratas en una mini elección primaria, para que, de la mini primaria, surja un candidato que remplace a Biden. Esta idea es totalmente absurda, sería extremadamente cara y, simplemente, ya no hay tiempo para llevarla a cabo.
Se lo digo desde hoy
No es que Trump este ganando, es que Biden, con mucha ayuda de los congresistas que, movidos por el egoísmo y el miedo de no ser reelegidos, lo están empujando a una derrota espectacular y totalmente innecesaria.
Donald Trump ya no es el mismo novato del 2016 ni del 2020
La campaña republicana hoy tiene a mucha gente con ambición por regresar a Washington a terminar lo que empezaron hace 8 años. Trump sabe perfectamente que para consolidar su potencial de ser reelegido necesita atraer a la gente que se ha resistido a él y a sus mensajes de división. Y sabe que la única manera de lograrlo es cambiar el mensaje de división por un mensaje de unidad.
Trump, para ganar, necesita a las amas de casa que siempre se le han resistido. Necesita a los jóvenes que lo han visto como una amenaza, y necesita a las minorías que han sentido su rechazo.
Por eso espere usted un mensaje republicano de unidad
Biden lleva meses tratando de convencer a los votantes que aún son fieles a los demócratas de que Trump es tan extremista que representa una amenaza para la democracia. Por eso, habrá un cambio de estrategia en la Convención Nacional Republicana que empezó el lunes.
Los republicanos querrán cambiar la narrativa y redefinir la crítica demócrata. Para eso necesitarán usar el atentado del sábado, y con eso realinearse como un partido abierto a toda la gente y todas las ideologías.
La bala que no mató a Trump, por ahora salvó la nominación de Biden.
Biden debe estar feliz también, porque en el futuro cercano la atención estará puesta en Trump. Eso le permitirá congelar los llamados demócratas para que renuncie a su candidatura presidencial.
Lo que Biden necesitará hacer es solidificar aún más su base, demostrando que en tiempos caóticos él puede ejercer un liderazgo firme. Biden solo tiene esta semana mientras los republicanos están tratando de limpiar su propia imagen.
Los números de Trump parecen imbatibles, el reto de los demócratas es negarle acceso a nuevos votantes. Los mismos republicanos podrían ayudarlo si esta semana no se hacen eco de los llamados de unidad de Trump, y repiten en su lugar las represalias, acusaciones y promesas de venganza de siempre.
La Convención Nacional Republicana en Milwaukee
Los republicanos están dedicados a que su convención no sea una pérdida de tiempo. Por primera vez, desde 2016, redujeron su plataforma a solo 16 páginas con detalles limitados sobre temas clave. El segundo punto es sobre la seguridad de Estados Unidos. Ahí proponen hacer un bloqueo naval en el Golfo de México y en el Pacifico para detener a embarcaciones transportando fentanilo. Proponen también destruir a los cárteles y llevar a cabo la mayor deportación de indocumentados en la historia.
Le digo que Trump aprendió en sus cuatro años en la Casa Blanca y va a evitar que los demócratas encuentren material republicano con que atacarlo.
JD Vance, el candidato a la vicepresidencia
Joe Biden dice que este senador de 39 años es un “clon de Trump”.
Cuando usted analiza los discursos, las declaraciones y las entrevistas con la prensa encontrará que Vance es “más papista que el Papa”. Ciertamente la relación bilateral con México va a ser afectada si Trump y Vance llegan a la Casa Blanca. El potencial próximo vicepresidente está convencido que es deber de Estados Unidos rescatar a México de sus carteles, antes de que esos carteles se apoderen completamente del Estado mexicano.
Lo anterior, hace obvio que nuestros vecinos del norte se han convertido en Los Estados Desunidos de Norteamérica.