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Opinión

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Los creadores del Brexit se van, pero dejan un desastre

Reino Unido se sentía huérfana de poder, y para romper codependencias decidió divorciarse de la Unión Europea.

Los gobernantes se emocionan con su popularidad, pero reflexionan poco durante sus momentos de ocio. A David Cameron poco le importó el futuro de su país quizá por sus enormes dosis de arrogancia y soberbia que guían a sus instintos. Si los duros del partido condicionaban su apoyo para buscar más años de poder, lo de menos sería ofrecerles un referéndum llamado Brexit.

Es 2016, año en que la posverdad nos presentó a Trump.

“Los observadores más sagaces de la vida pública británica se habrán fijado en una articular casta de hombres y mujeres de la clase dirigente. Tienen más de cuarenta (años) y son engreídamente exitosos y exitosamente engreídos, y lo más probable es que hayan sido educados en Oxford”. (Cherwell, el periódico universitario de Oxford, 24 de febrero de 1989.)

La semilla del Brexit es generacional y se ubica en la Universidad de Oxford a finales de los 80: cuna de los futuros gobernantes de Reino Unido.

David Cameron, Boris Johnson, Theresa May, Michael Gove, Dan Hannan, entre otros, terminaban sus estudios en Oxford bajo un entorno de euroescepticismo. Por su parte, Margaret Thatcher, en septiembre de 1988, dictó un discurso soberanista y antieuropeo en Brujas, Bélgica, sede del Colegio de Europa. Para que el terremoto político tuviera consecuencias habría que ir al corazón académico de la Unión Europea.

El periodista Simon Kuper recuerda en su libro Amigocracia que uno de los rasgos entre los estudiantes de la Universidad de Oxford es su elevado nivel de retórica para poder debatir. “Aprenden a convencer al público”, señaló Kuper en una reciente visita el CIDOB en Barcelona. “Podían debatir sin dominar el tema; entregaban ensayos a sus profesores a los 19 años sin ser grandes expertos; lo importante era ir de farol”.

El Brexit fue una venta similar a la de la Torre Eiffel: una estafa. La promesa de sentirse más nacionalista y nada europeo. La entelequia perfecta.

Hoy toca cambio de signo en Reino Unido. Luego de 14 años y cinco gobernantes del Partdo Conservador, los laboristas ganarán las elecciones parlamentarias de manera clara y contundente no visto desde hace 200 años.

Keir Starmer entrará mañana al número 10 de Downing Sreet: se convertirá en primer ministro. También estudió en Oxford.

El Reino Unido fuera de la Unión Europea vive aislado y con profundas crisis. La peor de ellas, su sistema de salud. Existen más de 7 millones de británicos en fila de espera para ser atendidos. Es casi imposible obtener una cita con algún dentista dentro de la red pública.

Celebraron el Brexit, llegó la tormenta.

@faustopretelin

Fue profesor investigador en el departamento de Estudios Internacionales del ITAM, publicó el libro Referéndum Twitter y fue editor y colaborador en diversos periódicos como 24 Horas, El Universal, Milenio. Ha publicado en revistas como Foreign Affairs, Le Monde Diplomatique, Life&Style, Chilango y Revuelta. Actualmente es editor y columnista en El Economista.

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