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Los dueños de MC
La batalla por la Presidencia de México no tendrá a un outsider. Ni la señora X lo es y tampoco Jorge Álvarez Máynez, quien se vio obligado a tomar la estafeta, tras de la intentona fallida del fosfo gobernador.
Lejos de la excentricidad (¿o frescura?) de su compadre Samuel, el legislador zacatecano tomó la estafeta por default y mantuvo el objetivo estratégico: señalar a la vieja política, la acepción naranja de la mafia del poder. Por su retórica barroca y el abuso del demérito para imponerse en una conversación, sería uno de los discípulos más aventajados de Dante Delgado, aunque con otros colegas legisladores —Clemente Castañeda, Salomón Chertorivski o Martín Vivanco— ha consolidado un grupo de políticos experimentados, que han puesto la mira en el 2030.
Álvarez Máynez ha dedicado la mitad de su vida —cumplirá 39 años en seis meses— a la política. Su padre, Felipe, fue alcalde de Guadalupe —municipio conurbado a la capital zacatecana— y líder del PRD estatal cuando Amalia García gobernó aquella entidad.
Con otros jóvenes —entre ellos Refugio, Manuel y Tomás, sobrinos de la gobernadora, y Raymundo Cárdenas, cuyo padre fue senador— quiso tomar el control del sector juvenil del PRD en la entidad.
Su falta de arraigo, pero sobre todo su perfil —siempre obtuvo buenas notas en los colegios privados donde se graduó— fueron los primeros obstáculos que enfrentó. “Es muy dedicado, más que nerd”, recuerda una excompañera suya de la prepa. “Algo engreído… es un cuate promedio, que despuntó gracias a las relaciones políticas de su papá, pero también por su capacidad para relacionarse con tipos poderosos”.
“Buen polemista. Mejor tertuliano”, describe otro exfuncionario zacatecano, quien guió sus primeros pasos en la política zacatecana, tras de graduarse en el Iteso (RI-2003) en Guadalajara. “Muy aventado. A veces, demasiado”.
Su padre fue alcalde de Guadalupe justo en el mismo trienio (2001-2004) que Miguel Alonso Reyes encabezara el cabildo municipal en la capital; ambos, cercanos al entonces gobernador de Zacatecas, Ricardo Monreal Ávila, estuvieron en el centro de un grupo político que logró hacerse del control del PRD en la entidad, al margen del grupo político de la gobernadora García.
Alonso —quien fue secretario de Turismo y diputado local— renunció al sol azteca y llegó a la gubernatura, bajo las siglas del PRI. Los Álvarez también romperían con esa formación política y con el amalismo (por disputas por la franquicia de la edición local de La Jornada) y tomarían el control del capítulo local de Convergencia… hasta la fecha.
Álvarez Máynez será candidato presidencial emergente. Su preparación para ese deporte de alto rendimiento que son las campañas ha sido extensa. Ha sido candidato por tres partidos distintos —regidor (dos veces) por el PRD; diputado local por Nueva Alianza y diputado federal por MC—, hasta que se incorporó a la coordinación operativa, reclutado por Delgado.
Ahora precandidato sustituto, Álvarez Máynez dedicará lo que le queda a este periodo electoral (apenas una semana) a la atención de medios. Sin agenda ni coordinador ni equipo, evitará los eventos masivos y otros gastos superfluos. Para expandir su imagen cuenta con la operación de Paloma Franco —excoordinadora de la estrategia digital del presidente Enrique Peña Nieto— y Carlos el Weren Delgado. De la estrategia se harán cargo Rafael Valenzuela e Isaac Chertorivski.
En sus primeros escarceos mediáticos, el aspirante naranja acusó un punto de extrema sensibilidad y reclamó respeto a su privacidad, aunque usó las redes sociales del partido para difundir un video de su pareja, Sarah —hija del exvocero presidencial, Rubén Aguilar—y Luciano, el hijo de ambos. De su loft de 60 metros cuadrados, no dijo su ubicación (el parque Luis Cabrera, en la colonia Roma Norte) y de plano omitió referirse a su casa en su natal Guadalupe y al rancho en Querétaro, donde ha decidido criar a sus hijos junto con su pareja, fuera del sistema escolar oficial.