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Opinión

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Los impactos comerciales del nuevo conflicto en el Medio Oriente

Un tema recurrente de esa columna es cómo el nivel de incertidumbre y volatilidad con la que vive el mundo se ha incrementado notablemente en las últimas décadas, al punto de que algunos analistas hablan de una “policrisis” – es decir, fallas críticas que suceden simultáneamente en varios elementos de un sistema, lo cual afecta a todo el ecosistema de negocios, comercio e inversiones.

El 7 de octubre tuvimos otro ejemplo de esta realidad, cuando el grupo terrorista Hamas atacó a Israel, hecho que ha sido ampliamente discutido y reportado. Al margen de las trágicas escenas que hemos atestiguado, y al posible inicio de una ofensiva terrestre por parte de Israel, en esta entrega comentaremos brevemente dos consecuencias que este conflicto puede tener en el ámbito comercial a nivel mundial: una, de carácter inmediato, y otra de más largo plazo, pero posiblemente más significativa.

Como contexto, justo antes de que iniciara el conflicto, la Organización Mundial del Comercio (OMC) ya había advertido que para este 2023 el comercio se desaceleraría. La OMC pronosticó que en este año el comercio crecería apenas 0.8%, en comparación con su estimado de principios de año, donde pronosticaba que el crecimiento sería de 1.7%. Las razones esgrimidas por la OMC para esta reducción fueron los efectos de las políticas monetarias que los bancos centrales habían desplegado para combatir la inflación, la persistente guerra en Ucrania y la recuperación más lenta de lo esperado de la economía china. Es decir, incluso antes del inicio de la guerra entre Hamas e Israel, se advertía que el comercio internacional iba a la baja.

En el plano inmediato, el conflicto entre Israel y Hamas solamente profundizará las preocupaciones ya expresadas por la OMC: el riesgo inflacionario persistirá, sobre todo por el posible incremento de los precios del petróleo que, si bien aún no se han disparado, sí han registrado aumentos. Asimismo, el hecho de que el conflicto se desarrolle en una zona neurálgica para las rutas comerciales puede tener implicaciones para los precios del transporte. Finalmente, debemos tener en cuenta que un conflicto prolongado en el Medio Oriente tendrá inevitablemente efectos en las cadenas de suministro, generando consecuencias como las que ya experimentamos durante la pandemia. 

Israel es el principal socio comercial de México en el Medio Oriente, en gran parte debido al acuerdo de libre comercio que tenemos vigente con dicha nación desde el año 2000. En el 2022, el comercio bilateral alcanzó 1,500 millones de dólares: nuestro país es gran exportador de automóviles, computadoras, aparatos eléctricos y alimentos. Estas exportaciones sin duda se verán disminuidas por el conflicto, aunque la profundidad de la afectación no sea evidente en estos momentos. 

No obstante, me parece que la afectación más significativa que tendrá el conflicto será su contribución a la fragmentación del orden comercial internacional. No es ningún secreto que las políticas de liberalización y desregulación de los mercados han sido cuestionadas severamente en los últimos años, y cada evento reciente ha ofrecido a los detractores del libre comercio más herramientas para atizar esas críticas.

En este sentido, creo que la guerra entre Hamas e Israel sin duda será utilizada como otro argumento más para promover políticas de proteccionismo y de preferencias hacia las industrias locales, con la intención de reducir el riesgo inherente en las operaciones comerciales internacionales, pero a costa de los consumidores. Adicionalmente, las diferencias entre los actores con influencia en la región (China, EE.UU., la Unión Europea, India, Japón, Arabia Saudita, Jordania etc.) podrían profundizarse, dependiendo de la postura que uno u otro tenga en este conflicto.

En cualquier conflicto militar, los objetivos económicos suelen pasar a un segundo plano; las bajas civiles, la destrucción de infraestructura y los avances militares suelen tener más atención por parte de los analistas. Lamentablemente, en esta ocasión, el conflicto Israel – Hamas tendrá una consecuencia económica y comercial significativa, aunque no en el lado positivo de la ecuación. 

*El autor es profesor investigador de la Universidad Panamericana; previamente, colaboró por veinte años en el gobierno federal en temas de negociaciones comerciales internacionales.

@JCBakerMX

Juan Carlos Baker es académico de la Universidad Panamericana. Durante veinte años trabajó en la Secretaría de Economía, en la Subsecretaría de Negociaciones Comerciales Internacionales, de la que fue titular entre 2016 y 2018.

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