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Opinión

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Los sueños y la economía

Como parte de la plataforma #MejorMarcelo nos hemos dado a la tarea de articular una propuesta de lo que será un programa en cada uno de los 10 ejes centrales de política pública nacional. Los hemos llamado sueños. En economía, por ejemplo, proponemos ocho ejes que articulan propuestas de promoción del crecimiento, potenciar las tendencias relocalización o nearshoring, reforma fiscal, infraestructura, inclusión financiera y reducción de la desigualdad. Pensamos que es clave desarrollar una política industrial.

Es un tema del que en México se ha hablado mucho y en realidad se ha hecho poco. La idea es poder construir ventajas comparativas en áreas que son estratégicas para el país, como la industria médica, la agroindustria y la industria de sistemas procesadores de datos, pero también en otras de gran potencial, como las industrias creativas. En general, planteamos introducir más tecnología y generar mayor innovación en los procesos industriales. Por supuesto, esta nueva política industrial tiene que incluir a las empresas medianas y pequeñas, es decir a los emprendedores, a través de estímulos y un impulso claro a la transferencia de tecnología y a la adquisición de capital humano especializado.

Se requiere también de una política para avanzar en la electromovilidad y mudar nuestra industria automotriz a vehículos eléctricos y a los híbridos. Esto es particularmente relevante para un país como el nuestro, cuyo comercio con Norteamérica se mueve, en un 80%, a través de vehículos motorizados. Acelerar las inversiones por las tendencias de relocalización, o nearshoring, es efectivamente un área de política que debe de ser prioritaria. La acción pública puede incrementar los montos de inversión y aprovechar mejor sus efectos positivos.

La inversión que se va a generar por ese fenómeno, en aspectos como conectividad o logística, por ejemplo, puede ser un factor que por varios años acelere el crecimiento y la competitividad de la economía. Eso requiere reforzar los mecanismos de cooperación con América del Norte, utilizar el Banco de Desarrollo de América del Norte para mejorar la infraestructura en zonas clave, como la frontera norte y el Bajío. Además, proponemos generar movilidad laboral entre los países y profundizar la cooperación en temas de innovación y desarrollo de tecnología. Será crítico, también, invertir en líneas de transmisión y en la generación de energía eléctrica, particularmente de fuentes renovables que ese tipo de inversión ya demanda.

El nearshoring va a requerir de inversiones en transporte y logística, en carreteras, trenes y mejores puertos que crucen el país, con una mezcla de inversión pública y privada. Se requiere ampliar puertos como Manzanillo y Lázaro Cárdenas, así como potenciar otros como Topolobampo y Mazatlán y sus conexiones carreteras hacia el norte y centro del país. Las soluciones de transporte ferroviario de pasajeros como el que se puede desarrollar entre las ciudades del Bajío (Querétaro, Irapuato, León y Celaya) o entre Monterrey, Saltillo y Nuevo Laredo, además de las ganancias en movilidad que ellas implican, pueden incrementar también la productividad de manera muy importante.

Para que la inversión del nearshoring llegue a todo el país, se requiere realizar inversiones carreteras para conectar mejor a estados como el Estado de México, Hidalgo, Tlaxcala y Puebla hacia el noreste del país, a Tampico y al sur de Texas. Eso va a permitir aprovechar mejor la infraestructura existente, como la del AIFA que, además de servir para el tránsito de pasajeros, puede convertirse también en un centro logístico ligado a la industria.

En el sureste, es posible aprovechar el Tren Maya para el transporte de mercancías desde la península y conectarla con nueva infraestructura en el Istmo de Tehuantepec, para potenciar su alcance, así como mejorar la infraestructura portuaria en el sureste en Puerto Progreso, Coatzacoalcos y Salina Cruz. De norte a sur, el nearshoring es una oportunidad que nuestro país no puede dejar pasar.

El crecimiento que alcance el país debe de servir para mantener los programas sociales y expandirlos, para alcanzar la salud universal, robustecer la autonomía económica de las mujeres a través de un sistema nacional de cuidados y expandir la cobertura en infraestructura educativa, específicamente en educación temprana y media superior, así como mantener la estabilidad financiera, por medio de una reforma fiscal progresiva, que grave altos ingresos y a la propiedad. Será de particular importancia mejorar la capacidad de las universidades de generar conocimiento útil para la innovación tecnológica y formar de manera masiva a las personas con las habilidades que se requieren para participar de las nuevas oportunidades económicas. Se requiere expandir servicios como los financieros, incluyendo los digitales, para ampliar las oportunidades de ahorro y financiamiento para las personas, para que tengan acceso a servicios como los de vivienda, pero también a las empresas para que puedan dar sustento a proyectos viables, que requieren opciones de financiamiento razonables. La oportunidad que tiene el país de mayor inversión debe de traducirse en mejores salarios, empleos dignos y mejor calidad de vida para todos, por lo que las ciudades en las que se expanda la industria tienen que contar con los espacios, la vivienda, la movilidad y los servicios adecuados

Twitter: @vidallerenas

Licenciado en Economía por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), cuenta con una Maestría en Política y Gestión Pública por la Universidad de Essex, Reino Unido y un Doctorado en Administración y Gerencia Pública por la Universidad de York

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