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Opinión

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Lunes negro, carry trade y ¿fortaleza local?

Este 5 de agosto se registró a nivel mundial un “lunes negro” en los mercados.

En las últimas semanas y en particular en los últimos días, se observaron una serie de factores que derivaron en la tormenta perfecta.

Es decir, se reunieron diferentes factores de riesgo, cada uno de los cuales por separado no generaría un impacto definitivo, pero en combinación, si lograron generar el crac que sacudió al mundo.

Este lunes, los mercados de capitales cerraron con fuertes pérdidas a nivel global.

Los siete gigantes tecnológicos registraron profundas caídas en el valor de sus acciones; las monedas de distintos países, entre ellos el peso de México, se depreciaron notablemente; los cripto activos se desplomaron y hasta el oro, el rey de las reservas de valor, registró un retroceso.

Fue una sacudida global originada en múltiples factores.

El mal dato de empleo y la probable recesión en EU; el aumento en la tasa de interés por parte del banco central de Japón; la súbita cancelación del negocio de la especulación cambiaria; los riesgos geopolíticos; y la volatilidad en el precio internacional del petróleo, entre otros, se combinaron y tuvieron un impacto generalizado a nivel internacional.

El crac se gestó desde el viernes pasado, con la difusión del dato de empleo en Estados Unidos.

El 2 de agosto se informó que en ese país se crearon 114 mil nóminas no agrícolas, cifra mucho más baja que el mes previo e inferior a las 176 mil esperadas.

La tasa de desempleo aumentó dos décimas a 4.3% en julio, la más alta desde 2021.

El número de desempleados aumentó en 352 mil personas y alcanza a 7.2 millones.

El mercado laboral de EU se desaceleró más de lo esperado y dejó asomar el perfil de una potencial recesión.

El domingo 4 de agosto los mercados asiáticos reaccionaron con virulencia a la decisión del banco central de Japón de aumentar, después de 30 años de inamovilidad, su tasa de interés.

Ese día el tipo de cambio del peso frente al dólar se disparó a 20.21 unidades por dólar, un nivel no visto desde el 29 de septiembre de 2022.

A nivel internacional se generó la impresión de que dos de los más importantes motores de la economía mundial: Estados Unidos y Japón, están en problemas.

La elevación de la tasa de interés en Japón, luego de tres décadas consecutivas en las que la mantuvo en 0% provocó la apreciación del yen.

Al mismo tiempo, desdibujó el atractivo negocio del “carry trade” como le llaman a las operaciones que realizan los inversionistas que adquieren deuda (en este caso en Japón) y esos recursos los invierten en activos de economías con tasas de interés altas, como México.

De acuerdo con el grupo financiero Monex durante 2023 y hasta principios de julio, el peso mexicano se vio favorecido por las operaciones de carry trade.

Según la misma firma, el carry trade acumuló un retorno cercano al 23% en el año 2023.

Esto “alimentó el apetito de los inversionistas globales por el peso mexicano, ante un diferencial de tasas de interés atractivo y una relativamente reducida volatilidad cambiaria”.

De acuerdo con los analistas el desplome de los mercados mundiales de renta variable refleja una liquidación de operaciones de “carry trade”.

Sospechan que enormes posiciones en valores tecnológicos estadounidenses venían siendo financiadas por operaciones de carry trade.

Sólo el tiempo dirá si se trata de una tormenta pasajera o es el principio de una crisis global.

Es muy temprano, para descartar que la economía mexicana resulte afectada.

Es cierto, como lo dijo el presidente lopezobrador, que México cuenta con 221 mil millones de dólares en el Banco de México.

No es cierto que las finanzas públicas estén sólidas.

Por el contrario, marcan notable debilidad con un déficit del 6% y el creciente peso que implica para el gobierno federal el apoyo económico a Pemex, más los crecientes costos de los programas sociales y la terminación de las obras icónicas.

Si la recesión económica en EU se hiciera realidad, sin duda, México padecería las consecuencias de un menor intercambio comercial.

Una crisis global tendría fuertes repercusiones para la economía mexicana, que se ha mantenido sin crecimiento a lo largo de este sexenio.

Además habría que considerar las consecuencias de la probable aprobación de las reformas tóxicas que están siendo dictaminadas en cámara de Diputados, más los diferendos en materia comercial con EU.

Está bien que el gobierno busque evitar generar alarma en la sociedad mexicana, pero la realidad es que la economía nacional está lejos de la fortaleza que el discurso oficial predica. Al tiempo.

marcomaresg@gmail.com

Periodista desde 1975, ha trabajado ininterrumpidamente en periódicos, revistas, radio, televisión e internet. En los últimos 31 años se ha especializado en negocios, finanzas y economía. Es uno de los tres conductores del programa Fórmula Financiera, que se transmite por Grupo Fórmula.

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