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Más notarios, más formalidad
Esto es relevante para los mexicanos, ya que forzosamente necesitamos de los notarios para pertenecer a la economía formal.
La semana pasada, la Comisión Federal de Competencia presentó un estudio donde muestra que los estados con más notarios escrituran más. Es decir, donde hay más notarios por persona hay más escrituras per cápita.
Sin embargo, México es un país con pocos notarios, en promedio tenemos 3.3 notarios por cada 100,000 habitantes, mientras el promedio de países de la región con sistemas legales parecidos cuentan con 11.6 notarios por cada 100,000 habitantes.
Aunque ésta es la cifra nacional, el número de notarios varía entre estados, habiendo entidades como Tlaxcala donde hay menos de un notario por 100,000 habitantes y otros como Campeche donde hay más de 10.
Esto es relevante para todos los mexicanos, ya que forzosamente necesitamos de los notarios para pertenecer a la economia formal. Por ello, la competencia y acceso a más servicios notariales es importante para reducir los honorarios de los mismos, lo cual representa un alto costo a la formalidad.
Dos terceras partes del costo para abrir una empresa y cerca de una cuarta parte del costo de registrar una propiedad en México se destinan al pago de honorarios de los notarios, según el más reciente estudio de Doing Business .
Además de los altos costos notariales, tampoco hay criterios claros sobre el pago de servicios notariales.
Si el trámite por escriturar un inmueble de 200 millones o de 1 millón de pesos es muy similar, ¿por qué pagamos honorarios notariales tan distintos, proporcionales al valor del inmueble?
Lo anterior tendría sentido si los notarios tuvieran una responsabilidad compartida, es decir, si tuvieran responsabilidades y obligaciones por los problemas que surgieran de una escritura.
Para contar con más notarios, necesitamos eliminar el número máximo de notarios por estado y permitirles competir en otras entidades.
De otra forma sólo generamos costos de poder político de los gobiernos estatales, que al final acaban encareciendo el precio de hacer negocios en México.
Permitir el libre acceso a los registros es, sin duda, la solución en el largo plazo, pero reducir las barreras de entrada es un buen paso para incentivar la formalidad y la competitividad en nuestro país.
rgallegos@eleconomista.com.mx
