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Más sobre IA
En los últimos meses el tema de la inteligencia artificial (IA) se ha convertido en uno de los asuntos que más análisis ha detonado. En enero en este espacio escribimos sobre lo que Chat GPT significaba en el avance del uso de la IA. Esta herramienta ha seguido evolucionando, hoy en su versión GPT4, es aún más ágil, inteligente y potente.
Recientemente se publicaron dos libros, Megathreats de Nouriel Roubini y The Age of AI (And Our Human Future), de Kissinger, Schmidt y Huttenlocher, que nos hablan de las enormes oportunidades, pero también de las amenazas de la IA.
Roubini, un reconocido economista, fue de las pocas voces que advirtió con tiempo que la crisis financiera del 2008 estallaría. Kissinger lleva cinco décadas siendo una de las figuras más prominentes en análisis de geopolítica. Por su parte, Schmidt es experto en tecnología y Huttenlocher es vicepresidente de Cornell Tech University y consejero independiente de Amazon. Es decir, los cuatro autores son avezados analistas de la economía y el mundo de la tecnología.
La IA está cambiando nuestra vida y el futuro. Entre sus riesgos destacan la generación de noticias falsas, la intromisión en debates políticos, la eliminación de empleos, el hackeo de infraestructura o servicios financieros, el incremento de la distancia entre ricos y pobres, así como una mayor inequidad. Quizás lo que más aprensión genera es la posibilidad de que los algoritmos adquieran autonomía en su destreza por aprender y pensar hasta convertirse en un cerebro que domine nuestra sociedad. Es decir, la ciencia ficción hecha realidad. Como el Viaje a la Luna de Julio Verne, escrito 100 años antes de que el hombre pisara este astro.
Aún no hemos digerido que la IA ya mejoró la capacidad de aprender del cerebro humano: las computadoras aprenden de manera más rápida, más eficiente, más acertada. Tienen muchísimos más datos para hilar el conocimiento y llegar a una conclusión correcta.
En estas semanas se publicó un artículo en Estados Unidos sobre la mayor empatía que un robot de IA tiene con pacientes en la atención médica, frente al trato de un doctor de carne y hueso. Mientras que el médico se cansa, tiene que ver a 40 o 50 pacientes al día, padece las pobres condiciones del sistema de salud, el robot de IA mantiene la amabilidad y “cercanía” en todas sus respuestas. Esto podría ser una gran oportunidad para el sistema de salud mexicano. En un país donde sólo tenemos 2.4 médicos por cada 1,000 habitantes, con una población que sufre de padecimientos cardiacos, hipertensión y diabetes, la IA podría ser una herramienta super poderosa para la atención temprana y cuidado de millones de personas. Incluso los robots de IA se están utilizando ya como una fuente de ayuda emocional. [1] ¿Cómo incorporarlos en nuestros servicios médicos?
Pero ante las amenazas, muchas que hoy no podemos ni siquiera prever, el mayor riesgo es que los gobiernos no están actuando con suficiente celeridad ni fuerza para regular la IA. Tampoco los organismos multilaterales han estado a la altura de esta inmensa responsabilidad y tarea.
En una entrevista esta semana, Geoffrey Hinton, quien renunció a la vicepresidencia de ingeniería de Google hace dos semanas, para iniciar una cruzada a favor de la regulación afirmó “debemos controlar la IA a medida que se desarrolla. Tenemos que comprender cómo contenerla, cómo evitar sus malas consecuencias. Por ejemplo, los gobiernos deberían insistir en que todas las imágenes falsas lleven distintivo” [2].
Urge una respuesta más enérgica, coordinada y constante en este sentido. Diseñar un mecanismo fondeado por recursos públicos, pero también con dinero de las principales compañías de tecnología, (Apple, Alphabet, Meta, Microsoft, TSMC, Tencent, entre otras), para que, exista un think tank regulatorio que esté pensando permanentemente en los límites a la IA. Hasta ahora Europa ha tomado mayores medidas al respecto [3]. Sin embargo, es indispensable que la Unión Europea con Estados Unidos, Japón y Reino Unido (e idealmente China), trabajen de la mano en esta tarea.
1. https://www.nytimes.com/2023/05/03/technology/personaltech/ai-chatbot-pi-emotional-support.html
