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Medio punto de la Fed, ¿medio punto de Banxico?
El medio punto porcentual que ayer elevó la Reserva Federal de Estados Unidos a su tasa de interés de referencia debe ser la pauta para lo que hoy tendrá que anunciar la Junta de Gobierno del Banco de México respecto al incremento de su tasa interbancaria a un día.
No es que el banco central de Estados Unidos tenga que ser la guía del banco mexicano, pero es evidente que ambas economías enfrentan todavía presiones inflacionarias importantes y no es momento de pretender desvincularse del mercado financiero más importante del mundo.
Incluso, las condiciones inflacionarias mexicanas todavía darían cierto margen para que hoy se elevaran otros 75 puntos base con total justificación.
Evidentemente que desde los mercados financieros quisieran ver que no se acabe esta fiesta de rendimientos que han llevado a obtener premios que se cubren bien por el riesgo país.
La tasa de interés de referencia en México en 10%, más el aumento de hoy, ya empieza a lastrar las posibilidades de crecimiento, pero el Banxico tiene una meta única que es evitar las inflaciones altas.
Nuestro país, a diferencia de Estados Unidos, no puede presumir de haber tocado un techo en la inflación subyacente. Apenas la quincena pasada se acható un poco la curva de aumento sin que se pueda garantizar que terminó el contagio de precios.
Los precios más volátiles sí que han dado una tregua a la inflación general, pero son precisamente esos precios no subyacentes tan inestables que no se puede garantizar su permanencia en los terrenos de la mayor estabilidad.
En México gozamos muy poco de la baja en los precios de los energéticos. De hecho, las gasolinas en Estados Unidos han bajado de forma muy drástica, ayer el promedio de un litro de gasolina Regular en aquel país fue de 15.70 pesos. Y si vemos el precio de Texas, de donde se importan las gasolinas a México fue de 13.10 pesos.
De este lado de la frontera la baja ha servido para que el Servicio de Administración Tributaria recupere la mayor parte de la recaudación del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios, pero los consumidores seguimos pagando lo mismo que en el peor momento del alza de esos precios. Alguien se está quedando con ese beneficio.
Entonces, los precios del petróleo han dado esa tregua de la cual gozan las economías que no tienen los controles estatales que tiene México, pero las amenazas de que esos precios se vuelvan a disparar están intactas.
De entrada, la guerra por la invasión de Rusia a Ucrania se mantiene sin cambios y la barrera de precio que impuso occidente al petróleo ruso puede provocar que nuevamente se desate una ola especulativa el próximo año.
En fin, que las presiones a la inflación están lejos de haber terminado, pero por ahora ese nado sincronizado de incrementos menos drásticos o incluso de pausas en los aumentos en las tasas de México y Estados Unidos es algo que no afecta la soberanía mexicana y que sí puede permitir que a las presiones inflacionarias no haya que sumar presiones cambiarias, por ejemplo.