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Mercados accionarios al cierre de febrero del 2018
En Estados Unidos algo importante cambió en febrero: se interrumpió abruptamente la acelerada e imparable tendencia alcista que el mercado accionario inició dos años antes.
Al terminar enero del 2016, el Índice Dow Jones de Industriales cerró en 16,466 puntos. Dos años después, al cierre de enero del 2018, se ubicaba ya en 26,149 puntos. En 24 meses, contados del cierre de enero/16 al cierre de enero/18, el incremento acumulado ha sido de +58.8 por ciento. Este avance fue prácticamente sin sobresaltos mayores.
En el 2016, el rendimiento anual del Índice Dow Jones de Industriales fue de +13.42% y en el 2017 subió en el año 25.08 por ciento. En enero del 2016, con un retroceso de -5.50%, se registró la última caída mensual del Dow Jones antes de iniciar un avance casi continuo en los siguientes dos años.
En el 2017, el Índice Dow Jones de Industriales sólo retrocedió en marzo -0.72% registrando incrementos mensuales en cada uno de los otros 11 meses del año. A partir de febrero del 2016, el Dow Jones bajó ligeramente durante tres meses consecutivos de ese año: en agosto -0.17%; septiembre -0.50% y octubre -0.91 por ciento. En suma, de febrero del 2016 a enero del 2018 el Dow Jones registró rendimientos mensuales moderadamente negativos en cuatro ocasiones. En contraste, registró 20 meses alcistas en el mismo periodo. Las mayores alzas mensuales fueron en marzo del 2016 de +7.08% y en enero del 2018 de +5.79 por ciento. Prácticamente, al inicio y al final de estos 24 meses de incrementos casi sostenidos.
En febrero del 2018 el Dow Jones retrocedió -4.29% después de registrar en enero un máximo histórico en 26,616 puntos. La volatilidad se incrementó notablemente en febrero, los niveles máximo y mínimo de operación alcanzados el mes pasado fueron respectivamente de 26,306 y 23,360 puntos. De máximo a mínimo, el Dow Jones cayó -11% en sólo seis días hábiles. La reacción alcista posterior alcanzó 25,800 unidades antes de volver a retroceder.
De finales de febrero a principios de marzo de este año, el Dow Jones prácticamente borró las ganancias del 2018 que llegaron a ser de +7.67% al nivel máximo de enero. Desde esta perspectiva, el Dow Jones sólo corrigió el acelerado incremento de principios de año y parte de las ganancias de diciembre. Estrictamente hablando, todavía no hay un cambio en la tendencia alcista de mediano plazo; sin embargo, concluyó la acelerada tendencia de muy corto plazo, y ahora tenemos un importante incremento en la volatilidad y, consecuentemente, en los actuales riesgos del mercado.
Esta situación puede considerarse como una señal de alerta, debido a que claramente concluyó la etapa de avances sostenidos en la NYSE. De caer el Dow Jones por debajo de 23,000 unidades, la corrección podría acentuarse. El mínimo de febrero, en 23,360 puntos, estuvo cerca del citado nivel de alerta.
Además de un posible agotamiento de la tendencia alcista iniciada en el 2016, también observamos una etapa de “euforia” final y un evento detonador en el entorno económico que enfría el optimista inicio del 2018. En un escenario de incrementos en las tasas de interés, el crecimiento económico se reduce, afectando las utilidades en las empresas, el consumo se contrae y bajan las expectativas de obtener un mayor premio libre de riesgo en las inversiones. Este escenario aún no se concreta, pero recordemos que el mercado accionario reacciona muy rápidamente, incluso adelantándose, a los eventos que inciden en la valuación de los activos objeto de inversión.
La posibilidad de un entorno económico menos benigno para la inversión accionaria permea en México, debido a la interdependencia de la economía nacional con la economía estadounidense. De hecho, la sola renegociación del TLCAN ya tiene un claro impacto en algunas empresas mexicanas que cotizan en la BMV.
Los rendimientos registrados por el principal indicador bursátil de la BMV en el 2016 y en el 2017 fueron respectivamente de +6.20% y +8.13 por ciento. Estas cifras, aunque fueron positivas, ofrecen poco premio al riesgo de capital comparadas con la tasa de interés local.
En un escenario de mayores tasas de interés se dificulta el obtener rendimientos atractivos en el mercado accionario. Por otra parte, el incremento en la volatilidad brinda oportunidades rentables de corto plazo, aunque también implica riesgos mayores. Al cierre de febrero, la BMV bajó cerca de -6 por ciento, con lo cual el principal indicador del mercado accionario mexicano registró, al segundo mes del año, un retroceso acumulado en el 2018 de -3.9 por ciento. Esta reciente situación, que incluye un componente de mayor volatilidad, llamémosle “importada”, aún no incorpora un posible escenario interno de tensiones políticas preelectorales. Hasta ahora, es claro que la BMV es afectada por el actual entorno bursátil externo de mayor volatilidad.
*Agustín Becerril García es subdirector de Análisis Técnico en Interacciones Casa de Bolsa.