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México: ¿riesgo Trump?
La posibilidad de que Donald Trump gane la Presidencia de Estados Unidos, representa un riesgo económico potencial para México.
Trump representa el peligro más grande para el principal motor de crecimiento económico de México: las exportaciones.
Paradójicamente, la fortaleza de México es al mismo tiempo su principal fragilidad.
En virtud de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, México se ha convertido en el socio comercial número uno de su vecino del norte.
Pero está por arribar a la Presidencia de EU, Donald Trump, quien se siente súper poderoso y, a partir del intento de homicidio del que fue objeto, dijo que Dios está de su lado.
Trump regresaría a la Presidencia de su país, con la intención de alcanzar el máximo poder, que le permita realizar todo lo que desde su punto de vista debe hacer para “Hacer más Grande a América, otra vez”.
Todas sus declaraciones, apuntan a un perfil mucho más localista y anti global; anti inmigrante y anti China.
A los riesgos locales, entre ellos, el bajo nivel de crecimiento económico, la persistente inflación, el bajo nivel de generación de empleo y la debilidad de las finanzas públicas, y la posibilidad de que se apruebe la reforma judicial (que afectaría severamente a las inversiones foráneas y locales) hay que agregarle uno mucho más nocivo: el endurecimiento de la relación con nuestro principal socio comercial, Estados Unidos.
Aunque las declaraciones de Trump, en plena etapa de campaña política, tienen un propósito electoral, lo cierto es que puede tomar decisiones económicas internas que tendrían repercusiones internacionales y, específica y directamente, en contra de México.
Estarían en riesgo, las crecientes exportaciones mexicanas hacia ese país.
También estarían en riesgo las potenciales inversiones por la relocalización o nearshoring.
Make America Great Again (MAGA, por su sigla en inglés) abiertamente está a favor del reshoring, es decir, el regreso de las empresas estadounidenses a su país.
Trump podría utilizar instrumentos comerciales como los aranceles para presionar a México, nuevamente, con el tema migratorio.
Y está dispuesto a reducir el impuesto corporativo de 21 a 15% para frenar la inflación.
Tal modificación fiscal tendrá repercusiones negativas para México.
Las empresas harán cálculos y van a redefinir el destino de sus inversiones. México podría perder competitividad fiscal, advirtió en días pasados el presidente de la Coparmex, José Medina Mora.
México tiene sus propios problemas para la atracción de las inversiones extranjeras.
En términos generales, tienen que ver con la falta de infraestructura, energía eléctrica y gas y la escasez de agua, además de logística.
A pesar del optimismo oficial en México, respecto a la llegada de inversiones extranjeras directas, los expertos aseguran que apenas está aprovechando el 10% de lo que potencialmente podría aprovechar.
El riesgo interno mayúsculo, es el golpe a la confianza a los inversionistas y empresarios, que representaría la reforma judicial.
Fitch advirtió en días pasados que, de aprobarse, esa agencia calificadora podría degradar la calificación crediticia de México.
Con todo y las advertencias de los partidos de oposición, empresarios y expertos en materia legal, todo apunta a que es inexorable la aprobación de la controvertida reforma judicial.
Si a todo ello se le añade la posible y prácticamente inexorable victoria de Donald Trump, lo cierto es que el escenario no es positivo para México.
El secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, hizo público el Plan México, con el que el gobierno mexicano se estaría alineando a los intereses regionales de Norteamérica.
Parece una señal clara de que México está por darle la espalda a China.
Sin embargo, Trump, acusó el fin de semana pasado a China y a México de estar robando su mercado automotriz.
El gobierno de México hace bien en deslindarse de China. Sin embargo, está claro que el gobierno de Claudia Sheinbaum no puede confiarse en que podrá tener una relación fácil con Donald Trump, si, como todo apunta, logra ser el próximo presidente de EU.
Por ahora, Trump es un riesgo para México. Y dependerá del manejo político, diplomático y comercial que tenga el gobierno mexicano, para tener la posibilidad de convertir el riesgo, en una oportunidad. A ver.
