Lectura 3:00 min
Minuta del Banxico, tasas más altas y mejor comunicación
Las minutas de las reuniones de decisión de política monetaria de la Junta de Gobierno del Banco de México son un rompecabezas en el que los participantes de los mercados tienen que imaginar cuál de los que tienen derecho a voto dijo qué cosa en esos textos anónimos.
Hay banqueros centrales que son altamente transparentes y que sus nombres brincan en cada línea de las 10 páginas del documento que condensa sus argumentos ideológicos para la toma de su decisión.
Ahí está, en esta la minuta 92, aquel que defiende que México no haya apoyado a su población con programas emergentes a media crisis económica por la pandemia porque así México no tiene un problema de exceso de demanda por la falta de estímulos monetarios y eso acota, dice, las presiones inflacionarias.
Ese mismo banquero central está en contra de incrementar de forma acelerada la tasa interbancaria porque eso afecta la actividad económica. Pide prudencia en este ciclo de alzas, como si el Banxico tuviera un objetivo dual, que no tiene.
Hay dos integrantes de la Junta de Gobierno que claramente se pronunciaron por un aumento más acelerado del costo del dinero, para proyectar esa señal contundente que debe mandar un banco central que tiene el objetivo primordial, y casi único, de combatir la inflación.
Así, dos banqueros se manifestaron por aumentar en 75 puntos base la tasa de referencia. Lo curioso es que sólo uno de ellos se atrevió a votar en consecuencia y esa fue Irene Espinosa Cantellano, quien al tener un voto disidente quedan plasmadas en la minuta sus argumentos con nombre y apellido.
El otro, mantenido en el anonimato, se vio arrojado en sus argumentos, pero reservado en su votación.
Hay algo que llama la atención en los dichos de varios de ellos y tiene que ver con un arma muy importante que tiene el Banco de México y que se ha visto disminuida, apabullada por el activismo del presidente Andrés Manuel López Obrador en los temas inflacionarios, la comunicación.
Comunicación clara y contundente, dice uno de ellos. Hay que comunicar que el banco está dispuesto a utilizar cabalmente sus herramientas para llevar a la inflación a su meta, dice otro.
El banco central mexicano usa ese instrumento monetario que le permite modular el costo del dinero. Y lo puede hacer por mayoría o por unanimidad. Es su facultad exclusiva determinar el ritmo y la oportunidad del movimiento de las tasas de interés.
Pero el Banco de México tiene que recuperar y hacer valer su voz como la autoridad que se tiene que encargar de combatir esas presiones inflacionarias.
No puede ser que una de esas estrategias de propaganda que se deciden en Palacio Nacional le arrebate la bandera del combate inflacionario al Banco de México con un programa sin pies ni cabeza que sólo sirve para cuidar la popularidad presidencial.
El texto más importante que no pueden olvidar unos y otros en la Junta de Gobierno es el del Artículo 1 de la Ley del Banco de México que dice, “El banco central será persona de derecho público con carácter de autónomo y se denominará Banco de México”.