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Opinión

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Moneda común sudamericana, ¿fáctible?

Cuidado con pensar que todas las ideas son buenas, algunas pueden destruir mucho más de lo que se piensa y, si se trata de dinero, siempre habrá alguien inconforme… - Macraf -

Hace 21 años, el mundo fue testigo del inicio de uno de los sucesos económicos más importantes de la historia, entraba en circulación de manera oficial en el viejo continente el euro, la moneda única de la Unión Europea, por supuesto, no fue un camino fácil, pero, aquellas reuniones de los años 80 finalmente verían resultados tangibles.

Para el año 2002, serían 12 los países que adoptaría el euro como su moneda de curso legal, dejando de lado monedas tan representativas como la lira italiana, el marco alemán, el franco o la peseta, posteriormente, fue tanto el impacto a nivel económico y comercial, que diversos países pidieron su anexión al sistema, Eslovenia se incorporó el 1 de enero de 2007, Chipre y Malta en 2008, Eslovaquia a partir del 1 de enero de 2009, Estonia el 1 de enero de 2011, Letonia el 1 de enero de 2014, Lituania el 1 de enero de 2015 y el más reciente de todos Croacia, que adoptó la moneda única europea a partir del 1 de enero de 2023.

El proceso para llegar este momento, se realizó de forma muy detallada cuidando que quienes logren acceder al sistema, le inyecten valor y estabilidad a la zona, de tal forma que, los países deben demostrar un alto grado de convergencia económica que además sea sostenible a lo largo del tiempo, es decir, que su economía pueda seguir el ritmo de aquellas que ya utilizan el euro, por ese motivo, el ingreso requiere de un seguimiento y análisis riguroso de indicadores como, la evolución de los precios (inflación), el saldo presupuestario y nivel de la deuda pública, el tipo de cambio, los tipos de interés a largo plazo y la solidez institucional del país.

Todo esto, nada tiene que ver con un sentimentalismo europeo de mi parte, sino por lo expresado en el entorno de la cumbre de la CELAC, donde Argentina y Brasil, pusieron sobre la mesa la posibilidad de una moneda común con alcances en todo el hemisferio sur del continente, pero, con una muy básica diferencia, no sería una moneda única, es decir, pretenden utilizarla únicamente para transacciones comerciales y financieras manteniendo en circulación el real brasileño y el peso argentino, de acuerdo con Fernando Haddad Ministro de Economía Brasileño, esta idea busca ayudar a Argentina en la adquisición de mercancías brasileñas, situación que me lleva a una duda que tal vez usted mi querido lector pueda ayudar a responder, si usted genera 10 pesos y su socio genera 5, ¿estaría dispuesto a perder parte de su ganancia para mejorar la situación de su socio?, tal vez en el corto plazo podría aceptar esta situación, pero, en el largo plazo es insostenible.

El gran problema de esta idea, radica en intentar alinear economías tan dispersas y diferentes como la brasileña y la argentina, siendo la primera, la que mayor carga económica lleve en el proceso y aliviando la presión política de la segunda, lo que deja ver que en realidad, es una decisión política con implicaciones económicas que, se cae por si sola en el corto plazo, sobre todo si tomamos en consideración datos como el hecho de que el peso argentino, cotiza alrededor de los 187.27 pesos por dólar, 36.98 pesos por real brasileño y tiene un nivel inflacionario que ya rebasa el 95%.

El ejercicio de la unión monetaria, requiere de un amplio horizonte de análisis y sobre todo, el compromiso de los países por lograr una convergencia, así ha quedado demostrado en el caso europeo, que sin ser perfecto, ha logrado esquivar muchos problemas a lo largo del tiempo, debido justamente a la buena planeación que hay detrás, Latinoamérica desafortunadamente, no está preparada para un ejercicio de esta magnitud por lo menos en los siguientes 10 años, hacerlo e el contexto actual y de forma apresurada, solo puede generar pérdidas que como siempre, serán absorbidas por los ciudadanos y sus bolsillos, creando mayor inestabilidad de la que ya existe en la región y ampliando las brechas de desigualdad en todo sentido.

* El autor es académico de la Escuela de Gobierno y Economía de la Universidad Panamericana, conferencista, consultor experto en temas económicos, financieros y de gobierno, director fundador del sitio El Comentario del Día y conductor titular del programa Voces Universitarias.

 

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