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Opinión

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¿Multilateralismo inútil?

Leer los encabezados de las noticias en periódicos de todo el mundo nos deja ver que vivimos tiempos realmente complejos y con retos inmensos. Por citar solo algunos publicados el día de ayer en los principales diarios del mundo se leían cosas como: “El Congreso de Estados Unidos aprueba ayuda militar a Israel por $14.5 billones de dólares”. “China y Estados Unidos acuerdan sostener pláticas sobre el control de armas nucleares”.  “Estados Unidos arma silenciosamente a Taiwán”. “32,000 migrantes han llegado a las Islas Canarias de España en 2023”. “Zelenski niega que la guerra esté en un punto sin avances”. “La sequía del Amazonas puede significar un parteaguas en la crisis climática”. “En el encuentro de IA de Reino Unido, gobiernos y desarrolladores acuerdan hacer pruebas juntos antes de lanzar nuevos productos”.  “El ejército de Israel ha divido Gaza en dos regiones” o “El asedio israelí a Gaza causa 10,000 muertos en un mes”.

Estos encabezados son un reflejo de los enormes problemas e incertidumbres que enfrenan las sociedades del mundo entero, desafíos económicos, sociales, políticos, tecnológicos y ambientales. Ni que decir de los conflictos bélicos, el genocidio en Palestina para comenzar; y además de la invasión rusa en Ucrania, también están los enfrentamientos en Afganistán, Siria, Yemen, Tigray o Myanmar, de los cuáles desafortunadamente se reproduce muy poca información.

Parecería que los anhelos para resolver la inequidad económica y social, la violencia, la crisis climática y los desastres naturales, las violaciones a los derechos humanos, entre muchas otras, viven el mundo de los muertos. O peor aún, estos anhelos son el sueño de cientos de miles de personas en las calles, manifestándose en todo el mundo a favor de Palestina, pero que no mueven ni un milímetro la Real Politik, ni la posibilidad de un cese al fuego para que pueda acceder ayuda humanitaria a Gaza.

Tras la caída del muro de Berlín, llevamos 30 años intentando reconfigurar el andamiaje institucional del multilateralismo. Con el ánimo y el espíritu de promover una mayor cooperación entre naciones, y mismos objetivos para el desarrollo y bienestar para los sectores más vulnerables, en Naciones Unidas en el año 2000 se acordaron los llamados Objetivos de Desarrollo del Milenio; tras el fracaso de un avance significativo en esta agenda, quince años después en 2015, también en el seno de la ONU, se definieron los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Es decir, por más que lo intenta la ONU ha sido incapaz de promover el cumplimiento de los acuerdos a favor de una mayor cooperación multilateral y una agenda común que los países realmente adopten. Hoy los conflictos bélicos son una cruda y dolorosa demostración de que Naciones Unidas (y su Consejo de Seguridad) no tiene el músculo necesario para actuar ante el grave panorama de nuestros días.  Gaza convertida en un cementerio de niños, según las palabas del António Guterres, secretario general de la ONU.

En materia de cambio climático, el fondo de ayuda para las naciones más afectadas por los desastres naturales está empantanado por la falta de confianza y la negligencia de países que se rehúsan a cumplir con los acuerdos de la COP28. ¿Cuántos Otis habrá que vivir el mundo entero sin que los principales responsables del daño climático asuman los costos de estos desastres naturales?

¿Cómo darle mayor poder a Naciones Unidas o a la Organización Mundial de la Salud —por citar tan solo dos ejemplos— para que el multilateralismo sea un espacio eficaz de resolver problemas comunes?

No parecería que en un mundo a la merced de políticos como Donald Trump o Joe Biden, Vladimir Putin, Xi Jinping, Benjamín Netanyahu y Kim Jong-un, el multilateralismo vaya a prosperar. Sin un liderazgo activo de otras potencias (hoy inexistente), en particular Alemania, Canadá, Francia y Japón, no veremos un movimiento medianamente serio para los foros multilaterales se utilicen para coordinar acciones conjuntas y efectivas en todos estos frentes.

En este contexto, México y un grupo de otros países de lo que ahora se denomina el Sur-Global: Brasil, Colombia, Chile, Egipto, India, por ejemplo, podrían también ser un bloque activo a favor de un multilateralismo real, para que el futuro y la estabilidad económica, humana, social y ambiental del planeta no esté en manos de tan pocas naciones.

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Julio es egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM, con maestría en políticas públicas de la Universidad de Georgetown.

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