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Opinión

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NAIM, AICM y AIFA, las decisiones

Cancelar la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAIM), abandonar en términos presupuestales la operación del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) y construir el Nuevo Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) son tres decisiones gubernamentales que están resultado sumamente caras en términos monetarios y en impacto negativo para la economía nacional y de la Ciudad de México.

Hay que registrar el elevado costo de la cancelación del NAIM, calculado en 331 mil millones de pesos.

Más el costo de la construcción del AIFA que se estima en alrededor de 115 mil millones de pesos.

También se debe calcular y sumar el costo del impacto que está teniendo la economía mexicana por no contar con el hub aeroportuario que se canceló.

Más el costo de la deuda por la terminal cancelada, cuyo monto total rebasa los 6 mil millones de dólares.

Más el negativo impacto que tendrá la reducción de operaciones de 52 a 43 en el AICM, más la pérdida de competitividad implícita y la potencial caída en el registro de inversiones extranjeras.

Más el costo de oportunidad que implica no poder aprovechar el fenómeno del nearshoring por no contar con la infraestructura aeroportuaria necesaria.

Todo comenzó con la decisión presidencial de cancelar el NAIM y el capricho de construir el AIFA.

El Jefe del Ejecutivo, públicamente reconoció recientemente que desatendió el consejo de dos de sus más importantes asesores que le recomendaron no cancelar la construcción del NAIM que llevaba un avance del 30%.

Tampoco atendió lo que decían los diagnósticos técnicos.

Desde el principio, el Presidente de México criticó al gobierno anterior por haber abandonado el AICM. Planeaban cerrarlo, repitió insistentemente.

En cambio, decidió mantenerlo como parte del Sistema Aeroportuario Metropolitano.

Paradójicamente el gobierno lopezobradorista también abandonó presupuestalmente al AICM.

Siguió destinando el cobro de la Tarifa de Uso Aeroportuaria (TUA) para el pago de la deuda por el aeropuerto cancelado.

El AICM a pesar de las eficiencias de la dirección encabezada por el vicealmirante en retiro Carlos Velázquez Tiscareño continuó en franca obsolescencia.

Al final de su penúltimo año de gobierno, el Presidente Andrés Manuel López Obrador reconoce que el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México está saturado y es riesgoso.

Es un diagnóstico que se conocía desde que inició su administración en 2018. Para entonces ya se sabía que el AICM era una infraestructura obsoleta.

A pesar de la oposición de la Canaero, IATA, Alta, CNET y ASPA, entre otras organizaciones, el gobierno se mantiene en la decisión de reducir por segunda ocasión el número de operaciones aéreas en el AICM.

El decreto correspondiente ya está publicado y hasta ahora las autoridades se mantienen firmes en su propósito.

Los cálculos de las afectaciones estimados por organizaciones privadas, son preocupantes.

La Coparmex Ciudad de México destaca que la cancelación de alrededor de mil vuelos semanales generará pérdidas económicas sin precedentes.

Dejarían de usar el transporte aéreo a la Ciudad de México 1.4 millones de pasajeros tan sólo entre noviembre y diciembre próximos.

Afectará la conectividad y competitividad del país en un momento estratégico, ahora que México se encuentra en plena etapa de captación de inversiones mediante el nearshoring.

El gobierno lopezobradorista también abandonó presupuestalmente al AICM a pesar de que lo consideró pieza estratégica dentro del sistema aeroportuario que planeó.

Frente a la falta de afluencia en el AIFA, está tomando decisiones que buscan elevar el número de operaciones y pasajeros.

La reducción de operaciones en el AICM generará un impacto económico negativo hasta ahora no cuantificado pero que se presume será muy elevado.

Cancelar un hub aeroportuario, abandonar presupuestalmente a la principal terminal aérea y construir un nuevo aeropuerto que no logra aumentar sus operaciones, además de buscar que un decreto resuelva lo que no ha resuelto el mercado, está resultando muy caro, y sobre todo, muy riesgoso. Al tiempo.

marcomaresg@gmail.com

Periodista desde 1975, ha trabajado ininterrumpidamente en periódicos, revistas, radio, televisión e internet. En los últimos 31 años se ha especializado en negocios, finanzas y economía. Es uno de los tres conductores del programa Fórmula Financiera, que se transmite por Grupo Fórmula.

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